miércoles, 28 de agosto de 2013

Trío de jirafas en Kenia

Jirafa masai en Masai Mara


En el extremo noroeste del Lago Amboseli se encuentra Meshanani Gate, la puerta principal de acceso al parque nacional Amboseli viniendo desde Nairobi. El lago es en realidad una vasta planicie polvorienta, pues la mayor parte del año permanece seco. En estas circunstancias los vehículos de safari acortan camino cruzando el lago seco por su parte oriental para ganar la falda del Kilimanjaro. Al poco de entrar en este lecho árido, se distinguen al fondo recortadas en el horizonte las siluetas de tres jirafas. A medida que nos aproximamos con el 4x4, el acto reflejo que suelen adoptar ante la presencia del vehículo es quedarse quietas, inmóviles, con el cuello bien estirado como queriendo mostrar los casi 6 metros de altura que llegan a alcanzar (récord del mundo animal) para, acto seguido, emprender una carrera con su cómica zancada. Una de las imágenes que más sorprende en las primeras observaciones de jirafa (Giraffa camelopardalis) es su carrera. Es lo más parecido a una película en cámara lenta, pero con esa tremenda zancada avanza metros casi de forma inapreciable. En cualquier caso suele resultar bastante cómico la forma de correr de estos camélidos. El cuello de las jirafas, por cierto, es igual que el de los humanos y otros mamíferos, con siete vértebras cervicales, si bien éstas son muy alargadas, lo que le confiere esa longitud única.

Llamativa resulta también la postura que adoptan para beber, abriendo las patas delanteras en un difícil equilibrio para poder llegar al suelo y beber con su áspera y larguísima lengua. Es un momento muy delicado para ellas pues en esa posición están a merced de cualquier depredador y una caída ante cualquier movimiento brusco sería mortal. Pocos animales hacen de algo tan necesario como beber agua un momento tan peligroso y delicado.

Jirafa reticulada caminando por la sabana de Samburu.

La jirafa es uno de los representantes de la fauna africana que más expectación levantan entre los que acuden a África para realizar safaris fotográficos, especialmente en los primeros avistamientos. Poco a poco se repara en que las jirafas que observamos son en realidad distintas. Todas pertenecen a la misma especie, pero según la zona geográfica, podemos encontrar diferentes subespecies. En este sentido Kenia es un paraíso para observar jirafas, no sólo por el número de ejemplares y la facilidad con la que se observan, sino porque es el país africano donde conviven mayor número de subespecies de jirafa. En Kenia es posible encontrar 3 de las 9 jirafas diferentes que existen en el continente: la jirafa masai (Giraffa camelopardalis subsp. tippelskirchi), la jirafa Rothschild (Giraffa camelopardalis subsp. rothschildi) y la jirafa reticulada (Giraffa camelopardalis subsp. reticulata).

La más común, presente en el sur de Kenia y en Tanzania, es la jirafa masai. Se observa en Masai Mara, Aboseli, Tsavo, etc. La jirafa reticulada se encuentra en los parques del norte, en latitudes septentrionales a partir de los montes Aberdare y el monte Kenya, y llega también al oeste de Somalia y la parte meridional de Sudán del sur.

Jirafas Rothschild en el lago Nakuru.

Más rara y escasa es la jirafa Rothschild que sólo podremos observar en libertad en el lago Nakuru y en los parques del norte de Uganda y sur de Etiopía.
La jirafa masai presenta un jaspeado característico pero a priori las más difíciles de diferenciar en su patrón de dibujo podrían ser la jirafa reticulada y la Rothschild. El lugar en el que la observamos y el color blanco de las patas, que no sube por encima de la rodilla en las reticuladas, son pistas definitivas. La Rothschild tiene un dibujo que se parece más a la masai, no con los canales reticulados tan definidos y de contornos tan poligonales como la reticulada, pero de color más claro.

Un safari por los parques de Aberdare (o Samburu), Lago Nakuru y la reserva Masai Mara, por ejemplo, te permitirá observar los tres tipos diferentes de jirafa. Un trío excepcional que sólo podrás observar en Kenia.


Éstas y otras curiosidades te las cuento en mi colección Guía de Safaris Fotográficos en África, cuyo primer destino es Kenia. A continuación te muestro la portada del libro, que estará disponible en Apple (iBooks), Googleplay y Amazon en unos días.

lunes, 26 de agosto de 2013

Entre bandurrias y zorros patagónicos



En la Estancia Cristina, a orillas del Lago Argentino por el que se llega navegando entre icebergs, y muy cerca del gigantesco glaciar Upsala, la comunión con la naturaleza es constante. Aquí no hay nada, sólo los paisajes duros, agrestes, rabiosamente bellos de la Patagonia. Y sin embargo, en medio de esa nada bulle siempre la vida de la forma más inesperada.


Al poco de llegar, mientras degustábamos un cordero patagónico a la brasa, de sabor fuerte pero exquisito, unas voces avisaban de la presencia de un zorro en el exterior de uno de los galpones de la estancia. Salí rápidamente a tiempo para ver cómo el cánido se metía debajo de otro de los galpones. Al poco, asomó de nuevo y, ni corto ni perezoso, se paseo ante mis ojos y se unió a otro ejemplar que le esperaba a unos doscientos metros de la estancia. Juntos se perdieron por la pradera.


La escena sólo fue interrumpida por el estruendoso reclamo de un bando de bandurrias que parecía compartir la escena conmigo. Dos parejas de estos ibis sudamericanos sobrevolaban a la pareja de zorros y se posaban rápidamente para, en cuanto éstos se acercaban un poco, volar de nuevo y aterrizar unos metros más adelante. Pocas aves son tan ruidosas como las bandurrias.



Fueron 10-15 minutos, pero me recordó que en las aparentemente inhóspitas praderas patagónicas la vida siempre está presente, en este caso protagonizado por una pareja de zorro gris o chilla (Lycalopex griseus) y un pequeño grupo de bandurrias (Theristicus caudatus). Un buen momento de los muchos que la Patagonia me ha brindado.


sábado, 24 de agosto de 2013

Estancia Cristina



Parque nacional Los Glaciares, Patagonia Argentina.

Uno de los brazos del lago Argentino se llama Canal Cristina. Se llega por el margen de la península Herminita, muy cerca del lugar donde suelen acumularse los témpanos de hielo hasta el punto de taponar en ocasiones la navegación hacia Bahía Onelli y Upsala. Especialmente si hace poco que ha tenido lugar una ruptura del frente del glaciar Upsala, que origina siempre icebergs de gran tamaño.



Al final del Canal Cristina se accede a una playa de cantos rodados en la que se enclava la Estancia Cristina. La principal característica de la estancia es su aislamiento. Sólo se puede acceder navegando un par de horas desde Punta Bandera, por eso los huéspedes que se alojan en las escasas habitaciones con las que cuenta la estancia vienen para quedar 3 días, es decir, mínimo un par de noches. Pocos lugares hay en el mundo para desconectar de todo. Me senté en el porche a escribir unas notas en el diario y casi hago un libro…
El eslogan que acuña Estancia Cristina reza “el refugio ideal para los amantes de la naturaleza”. Y a fe que lo es.




La estancia es un lugar encantador. Cuenta con habitaciones maravillosas en medio de la nada más absoluta. No es barato pero bien vale la pena. Lógicamente las posibilidades de salir de aquí a comer o cenar en algún sitio son nulas así que los alojamientos son siempre con la pensión completa. También puede conocerse en una excursión de ida y vuelta que se acerca navegando hasta el Upsala y luego descansa en Estancia Cristina hasta el momento del regreso a media tarde. Muy recomendable también esta opción.


Cuenta con un completo programa de actividades entre las que destaca la ruta que combina 4x4 y senderismo para acceder al mirador natural sobre la lengua de hielo del glaciar Upsala, el lago Guillermo y buena parte del Campo de hielo Sur Patagónico. Además se visita el cañadón de los Fósiles. De regreso a la estancia podemos observar la pareja de zorros que cría bajo uno de los galpones de la estancia, el mismo en el que hoy se cuenta a modo de pequeño pero interesante ecomuseo, la historia de Estancia Cristina. También el vuelo de las siempre ruidosas pero bellas bandurrias.



El origen de la Estancia Cristina hay que buscarlo en 1914 y cuenta la dura vida de la familia que fundó y regentó esta estancia, que llegó a contar con 12.000 ovejas y 30 vacas y 50 caballos en sus 22.000 hectáreas, amén de servir como punto estratégico para la radiocomunicación de muchas de las expediciones que se adentraron por este valle a conocer el por entonces ignoto Campo de Hielo sur. Es el mejor refugio para los amantes de la naturaleza y una referencia en el parque nacional Los Glaciares.


Estas son mis valoraciones:

Situación: 9
Accesos: 3
Tranquilidad: 10
Arquitectura: 9
Ambiente: 8
Habitaciones: 8
Zonas comunes: 5
Gastronomía: 7
Servicio: 7
Servicio guías: 7
Integración Naturaleza: 8


Valoración general: 8

jueves, 15 de agosto de 2013

3 Bosques monumentales asturianos


Alcornocal de Boxu
 

Tres son los bosques asturianos que por su singularidad e importancia han sido declarados como Monumento Natural. Uno de robles carballos, otro de sauces y otro de alcornoques. Tres joyas que sobresalen por diversos motivos en medio de un territorio generoso en cuanto a vegetación y con enormes extensiones forestales. Gracias a su posición geográfica, con dominancia de flora eurosiberiana, la propia del continente europeo y características atlánticas, y convivencia, en las partes meridionales de la provincia, con especies de flora continental -más propias de la España central y mediterránea-, cuya orientación geográfica permite la penetración de las características climáticas más xéricas que posibilitan el crecimiento de árboles como encinas, alcornoques o madroños, por citar sólo algunos ejemplos. Entre los bosques atlánticos destacan hayedos, robledales, abedulares, bosques mixtos caducifolios, etc.

 

La variedad de tipos de bosques asturianos es magnífica y entre ellos un trío de lujo copa el podium de los monumentos naturales asturianos en lo que a bosques se refiere. El puesto de cada uno, si quieres, puedes ponerlo tú:

 
 

Carbayera l´Tragamón

Al sur de la ciudad de Gijón, en Cefontes, crece esta carbayera con robles centenarios. La especie dominante es el roble común (Quercus robur) aunque existen otras como el rebollo (Quercus pyrenaica), castaños (Castanea sativa) y en la parte norte de este bosque de 4 hectáreas –dentro del Jardín Botánico Atlántico- también fresnos (Fraxinus excelsior), laureles (Laurus nobilis) y arces (Acer pseudoplatanus).

 

El mayor de los árboles de la Carbayera l´Tragamón es un roble de 16 m. de altura, 5,2 m. de perímetro, 13 m. diámetro de copa. En este bosque podemos encontrar pájaros carpinteros como el pico menor y escarabajos como el ciervo volante.

 


Saucedas de Buelles

Hay un tramo del río Deva, curso fluvial que marca el límite oriental de Asturias con la provincia de Cantabria, que es especial. Un tramo en el que las orillas están tapizadas de un bosque de alisos y sauces de gran importancia. Es el tramo de río entre Panes y el linde con Cantabria hacia el mar, entre las localidades asturianas de El Mazo, Narganes y Buelles (Peñamellera Baja).

 

La N-621 sirve de eje vertebral para acceder a estas riberas donde se pueden encontrar diferentes especies de sauces, los de tipo arbustivo: sarga de hoja estrecha (Salix eleagnos subsp. angustifolia), mimbrera (Salix fragilis), sarga (Salix triandra subsp. discolor) y los de porte arbóreo como el sauce blanco (Salix alba).

 

En las orillas o en las playas de cantos podemos encontrar, entre otros habitantes, a la nutria (Lutra lutra). Destacan las colonias reproductoras avión zapador (Riparia riparia).

 


Alcornocal de Boxu

La representación de las condiciones xéricas que permiten el crecimiento de flora mediterránea tiene un magnífico ejemplo en los alcornoques (Quercus suber) que forman el bosque de Boxu (Allande), en el Occidente asturiano. En una ladera con cierta pendiente, suelos profundos de pizarra negras y orientación de solana crece el mayor alcornocal del Principado. También el mejor conservado.

 

En las cercanías crecen otros bosques de alcornoque, ensalzando aún más la belleza y naturaleza del Paisaje Protegido de las Sierras de Carondio y Valledor. Este monumento natural, creado en el 2002 como las saucedas de Buelles (un año antes que la carbayera l´Tragamón), está incluido en el Lugar de Importancia Comunitaria de los Alcornocales del Navia.

lunes, 12 de agosto de 2013

Tras el pavo real en Kanha, un ave de colores imposibles


Macho de pavo real en el bosque caducifolio de Kanha

Tigres, antílopes como el barasinga o ciervo de los pantanos, langures y leopardos no son los únicos habitantes estrella del parque nacional Kanha, en Madyha Pradesh (India). El parque es un destino sorprendente para el birdwatching. Y entre las aves que mejor se ven y más fotos acaparan se encuentra sin duda el pavo real (Pavo cristatus). Esta enorme y preciosa gallinácea es objetivo fotográfico relativamente fácil. Su gran tamaño y vistoso plumaje llaman rápidamente la atención entre el color marrón que preside el bosque caducifolio en el que habitan. He visto pavos reales en otros parques y otros países del subcontinente indio, como los bosques de hoja caduca del nepalí parque nacional Royal Chitwan, pero Kanha y Rantambhore han sido los parques en los que hasta ahora, más observaciones de pavos reales he tenido. En Kanha, un parque nacional de casi 500 kilómetros cuadrados dividido en dos sectores, crece un envidiable bosque tropical seco caducifolio.




Es cierto que las hembras, con sus colores pardos y grises alcanzan un mayor mimetismo con el entorno, pero los machos no pasan desapercibidos. Especialmente en épocas de cortejo, cuando se contonea con su abanico caudal desplegando toda la belleza y colorido del mundo.




Los colores imposibles de los machos, con azules intensos y verdes brillantes, son un auténtico imán para los ojos y las cámaras. Seguro que volveré a fotografiarlos a final de este año, en el viaje que Ecowildlife ha organizado a los parques de Kanha y Bandhavgarh para el próximo puente de diciembre (salida 30 de noviembre).

lunes, 5 de agosto de 2013

Fotografiando langures en los parques indios



En los safaris fotográficos que se realizan por los parques nacionales indios casi siempre en pos del tigre, el rey de la fauna en India, sorprende la gran cantidad de vida salvaje que habita estos espacios naturales. Siempre he dicho que realizar safaris en India es lo más parecido a hacerlo en cualquiera de los países del este y sur de África que tantos años llevan especializados en este tipo de turismo. India cuenta con infraestructura hotelera similar o en ocasiones mejor que la de los propios lujosos lodges sudafricanos. Sólo existe el problema de la falta de educación ambiental en los guías. Por lo demás, los principales parques nacionales indios rebosan vida a animal y me recuerdan enormemente mis mejores safaris africanos. Aquí no hay leones africanos, guepardos, jirafas, cebras o avestruces, pero si leones asiáticos, tigres, chitales, sambares o ciervos de pantano. Tienen una avifauna espectacular y comparten especies “similares” como pueden ser el leopardo, el chacal, el elefante, el citado león, el perro salvaje, el cocodrilo, etc. Al amanecer no corren frente al coche los impalas o las gacelas de Thomson, pero si lo hacen los ciervos moteados. En África abundan los babuinos, aquí toman el relevo los langures.




Uno de los animales más fáciles de ver es el langur común (Semnophitecus entellus). Se observa en todo el subcontinente indio, así como Sri Lanka y las zonas aledañas al Tibet. Habita las selvas y sabanas arboladas en las que se camufla gracias a su pelaje marrón grisáceo, que con las primeras y últimas luces del día se torna anaranjado. Destaca su porte esbelto y delgado, con extremidades largas pero fuertes y larga cola.




El langur no sólo es uno de los animales más fáciles de ver en un safari por ejemplo por los parques nacionales de Kanha, Bandhavgarh o Ranthambore. También es uno de los más gratificantes. Le gusta posar. A este cercopiteco se le suele ver en pequeños grupos tomando el sol o alimentándose generalmente de vegetales. Son grupos jerarquizados formados por macho dominante y sus hembras y crías. En otras ocasiones pequeños grupos de machos jóvenes. En las zonas en las que es posible bajarse del coche (los guías son quienes conocen dónde), se puede caminar entre los langures y disfrutar de la fotografía. Es un animal confiado, si bien hay que mantener, como siempre que se trata de animales salvajes, la distancia prudencial y un  comportamiento adecuado.


El próximo 30 de noviembre (puente diciembre) saldré de safari a India con Ecowildlife Travel para ver tigres… y langures. Aquí tienes más información de este viaje

jueves, 1 de agosto de 2013

10 Árboles monumentales asturianos


 
La segunda de las propuestas sobre mi viaje asturiano para conocer los 41 Monumentos Naturales tiene que ver con los árboles. Más concretamente con los 10 árboles catalogados como Monumento Natural en la Red Regional de Espacios Naturales Protegidos de Asturias. Son árboles centenarios, magníficos, de enorme porte y con dimensiones que quitan el hipo. Se da la circunstancia de que todos ellos se concentran en la parte central y, sobre todo, occidental de la provincia. Allí se erigen desde tiempos pretéritos estos gigantes vegetales, ya contemplados por muchas generaciones, testigos mudos de cuanto aconteció y acontece en los bosques o en las aldeas en las que crecen. Seis tejos (Taxus baccata), dos robles comunes (Quercus robur), un roble rebollo (Quercus pyrenaica) y un haya (Fagus sylvatica), componen la privilegiada lista.


Media docena de ellos son tejos. El tejo (texu) es un árbol mitológico, sagrado para astures y celtas. Sus poderes se atribuyen especialmente a la toxicidad del taxol, la baccatina y especialmente la mortal taxina. Fruto de estos rituales, suele aparecer frente a la portada de ermitas o iglesias.


Los robles también eran apreciados por los druidas celtas para sus ceremonias junto al muérdago. Los astures empleaban las bellotas para la obtención de harina con la que confeccionaban pan. También se celebraban bajo sus ramas reuniones de carácter social.

 

Tejo de Salas
1. Tejo de Salas
Crece frente a la iglesia prerrománica de San Martín (monumento nacional), en la localidad de Salas. Sus dimensiones son altura: 15,5 m., perímetro tronco de 6 m. y diámetro copa de 16 metros. Junto a él crece otro tejo de grandes dimensiones.

 

Tejo de Pastur
2. Tejo de Pastur
En el concejo de Illano, en el Parque histórico del Navia, crece este árbol frente al pequeño y aislado santuario de Pastur. Altura de 17,5 m. y perímetro tronco de 4,25 m.

 

Tejo de Santa Coloma
3. Tejo de Santa Coloma
Al pie de la iglesia de Santa Coloma (Allande), con una altura de 14,5 m. y un perímetro de tronco de 6 m. Sólo el acceso y la ubicación de la aldea ya valen la pena.

 

Tejo de Lago
4. Tejo de Lago
A la derecha de la iglesia románica de Santa María, en la aldea de Lago (Allande). Si realizas el Camino Primitivo a Santiago, pasarás junto a él en la sexta etapa. Visto como peregrino, el árbol todavía es más mágico. Diámetro copa: 9 m. con una altura de 16 m. y un perímetro de 5,5 m.

Existe una ruta senderista de 15 kilómetros de longitud llamada Ruta de los Teixos (PR-AS-255) que enlaza los tejos de Lago y Santa Coloma por paisajes realmente bellos del occidente asturiano.

 

Tejo de Santibáñez de la Fuente
5. Tejo de Santibáñez de la Fuente
En el concejo de Aller crece este espectacular pie de tejo frente a la iglesia románica de San Juan de Río Mera, en Santibáñez de la Fuente. Lo que más llama la atención es su altura de 20 metros. Posee además un perímetro de tronco de 3,5 m. y un diámetro de copa de 15 m.

 

Tejo de Bermiego
6. Tejo de Bermiego
Ubicado en una pradera en las inmediaciones de la aldea de Bermiego, en un balcón natural sobre el valle de Quirós. Este tejo sobresale especialmente por su diámetro de tronco, de casi 7 m., y una altura de 13 m. con diámetro de copa de 15 m. Se sitúa frente a la iglesia de Santa María.

 

Rebollu de Bermiego
7. Rebollu de Bermiego
De camino al tejo o texu de Bermiego, unos quinientos metros antes de llegar, pasarás bajo las ramas de este gran roble. Crece cerca de la capilla de San Antonio, también en Bermiego (Quirós). Altura: 9,5 m. Perímetro: 5,9 m. Diámetro copa: 19 m.

 

Fayona de Eiros
8. Fayona de Eiros
Lamentablemente este haya cayó hace unos tres años. No obstante su descomunal porte se puede apreciar en los restos de tronco y ramas que quedan en el lugar donde vivió cientos de años, en la aldea de Eiros (Tineo). Poseía 28 m. de altura, un diámetro de copa de 30 metros y un diámetro normal de 4,5 m.

 

Carbayón de Valentín
9. Carbayón de Valentín
Este enorme carbayu da sombra (literalmente) a toda la capilla de San Pedro, en Valentín (Tineo), muy cerca de Gera. Frente al carbayón existe un banco de madera que invita asentarse e imaginar durante horas lo que sus ramas habrán “contemplado” a través de los siglos. Estás probablemente ante el mayor carbayón de Asturias. Perímetro del tronco: 10,5 m. Diámetro copa 20 m. y altura de 16 m.

 

Carbayón de Lavandera
10. Carbayón de Lavandera
Muy cerca de Gijón, en Lavandera, frente al llagar Trabanco y la iglesia de San Julián, crece este gran roble de 21 m. de altura, 6,7 m de perímetro y 25 m. de copa.

 

Pero en Asturias no sólo hay árboles monumentales, también bosques enteros que son monumentos naturales. En el próximo post os acercaré hasta ellos.