El fin de semana pasado murió de viejo el Solitario George, último representante de Chelonoidis abingdoni. El viejo George fue encontrado en la isla
Pinta en 1972 y trasladado al centro de tortugas gigantes de Puerto Ayora (isla
San Cristóbal), donde se realizan estudios y proyectos de cría en cautividad.
En los últimos días los medios
de comunicación se han hecho eco de esta importante noticia sobre las tortugas gigantes y el parque nacional de las islas Galápagos.
La biodiversidad ha sufrido un grave revés pero en las Galápagos, las “islas
encantadas”, quedan otras muchas tortugas gigantes y no se han extinguido
todas, tal y como algunas personas me han comentado inquietas estos días. Bien
es cierto que corresponden a diferentes especies.
Al escribir este post vienen a mi memoria unos días inolvidables
pasados en aquel archipiélago así que a modo de pequeño homenaje póstumo al
Solitario George, al que por cierto van a embalsamar y exponer en un futuro
centro de interpretación que llevará su nombre y estará dedicado, como no podía
ser menos, a las tortugas gigantes, os cuento dónde ver a los gigantescos
quelonios que han dado nombre a las islas.
En las islas Galápagos habitan 10 especies diferentes de tortugas
gigantes (11 con la del desaparecido George y tres más que existieron en el
pasado). En la actualidad las islas que cuentan de forma autóctona con estos
enormes reptiles terrestres son: Isabela, la más importante con 5 especies,
Santiago, Pinzón, Santa Cruz, y Española.
En la isla San Cristóbal tuve ocasión de pasar una mañana en la Galapaguera de Cerro Colorado. Allí
conviví de cerca con las tortugas tal y como antes pude hacer en isla Mauricio
y posteriormente en las islas Seychelles, los tres lugares en los que existen
tortugas gigantes terrestres. Son animales encantadores de aspecto
absolutamente prehistórico y tamaño descomunal que llegan a sobrepasar los 250 kilogramos de
peso y a vivir, como George, 150 años.