martes, 28 de junio de 2011

Safari a pie por la Amazonía ecuatoriana


La Casa del Suizo, aunque parezca lo contrario, está en pleno Amazonas. El nombre de este lodge recuerda a Benny, el helvético que se instaló aquí en la década de los 80 después de su particular periplo por Sudamérica.
Ideó y construyó un lodge sencillo pero acogedor y muy bien situado a orillas del río Napo, la principal arteria fluvial de la cuenca amazónica ecuatoriana. El alojamiento domina un recodo del río ofreciendo una panorámica aérea excepcional sobre la selva y el río. Un verdadero gustazo el momento de relajarse en alguno de los balcones de madera sobre el Napo. El acceso desde Quito se realiza cruzando los Andes y adentrándose en la selva en un recorrido de 4 horas hasta Punta Ahuaho, en la orilla del río Napo y desde donde se ha de tomar una embarcación para llegar navegando al lodge tras 20 minutos. Sólo el recorrido para llegar ya vale la pena, con la variedad paisajística tan propia de este pequeño en dimensiones pero gran país sudamericano en lo que a ecoturismo y otras muchas cosas se refiere.



El lodge es el punto de partida idóneo para diferentes excursiones a la selva. Se pueden realizar caminatas por la selva para birdwatching, visitar un mariposario, visitar una comunidad indígena donde existe un centro de recuperación de primates (foto), o incluso actividades de aventura como descender el río en rafting con balsas de troncos. Toda una experiencia tan curiosa como buscar la casa de un suizo en el corazón del Amazonas…



Una de las zonas en las que realiza safaris fotográficos es un bosque primario, es decir, selva tropical en prefecto estado de conservación, original e inalterada. Durante el paseo, es necesario abrirse camino en la selva aprovechando los cursos de agua para no dañar la vegetación. Los ríos y arroyos son los senderos de la selva y éste es un buen ejemplo. Acabaremos de barro hasta las rodillas pero es parte del encanto amazónico (nos proveen de botas de agua a tal fin) y la mejor forma de seguir rastros, huellas y por qué no tropezarnos con algún jaguar o algún ocelote, como el de la foto que abre el post.



2 comentarios:

  1. Sería una experiencia inolvidable!

    Un saludo

    ResponderEliminar
  2. Desde luego que sí, anímate con ella cuando puedas Verónica. Gracias por tu comentario y un saludo

    ResponderEliminar