lunes, 26 de marzo de 2012

Chimpancés en el bosque de Kibale

Las crías son las más juguetonas y curiosas.

Si bien el plato fuerte de grandes simios en Uganda queda reservado para los gorilas de montaña, la observación de chimpancés (Chimp’s tracking) es algo que no se debe pasar por alto. Se puede realizar esta actividad guiada en varios parques y reservas de Uganda como el bosque de Budongo (Murchinson Falls), la garganta Chambura o Kyambura (Queen Elizabeth), o incluso en pleno lago Victoria, en el santuario de chimpancés de la isla de Ngamba, aunque los chimpancés viven en otros bosques del país. También en Maramagambo (Queen Elizabeth) o en Bwindi, con los gorilas, si bien no se organizan allí visitas turísticas para verlos. El mejor lugar para observarlos, por densidad de chimpancés y sobre todo por la profesionalidad en la organización de la actividad es el parque nacional del bosque de Kibale, a una hora de Fort Portal, en el oeste de Uganda.

En el bosque de Kibale viven 12 especies de primates además de los chimpancés. Un paraíso para los monos.

La caminata dura 2-3 horas.

El terreno está cubierto de bosque tropical lluvioso (primario en muchas zonas) y no presenta el relieve accidentado de las montañas de Bwindi, por ejemplo, de forma que las caminatas para observar chimpancés son más fáciles. Lo que no resulta tan fácil ni cercano, si los chimpancés no quieren, es su observación.

En el bosque de Kibale viven 1.450 chimpancés.


La jornada comienza a las 8 h. con la presentación en el centro de visitantes del parque. Allí se procede al registro (acreditación) y firma de los visitantes. Las caminatas suelen durar en total 3-4 horas (dificultad baja). Tras un briefing sobre el bosque, los chimpancés y el comportamiento (el nuestro y el suyo) durante la observación, los turistas son repartidos en grupos (6 máximo) y se internan en el bosque en diferentes direcciones en busca de los primates. Van acompañados de un guía con radio y un ranger armado ante la presencia de elefantes, que aunque no son de bosque y no viven aquí, llegan en ocasiones –como los leones- desde vecino parque nacional Queen Elizabeth.

El dosel de Kibale supera los 55 metros.

Yo diría que le verdadero peligro no tiene cuatro patas sino seis, y es la antítesis del elefante. Me refiero a las hormigas rojas, que abundan en la selva y que se cuelan por el pantalón cuando pasamos o nos detenemos en alguno de sus hormigueros. Siempre es preciso mirar al suelo para asegurarnos de que no nos paramos justo encima de ellas. Ya entendemos por qué los guías obligan a meterse los pantalones por debajo del calcetín (recomendable proteger tobillos con polainas de plástico). No son venenosas pero sus mordiscos duelen bastante.



Volviendo a los monos… los grupos llevan radio y se van avisando entre ellos, así que es fácil localizar a alguna de las familias de chimpancés que viven en el entorno del centro de visitantes, desde donde salen los senderos para observarlos. En Kibale viven 1.450 chimpancés, de los cuales 120 forman parte de familias a las que está permitido observar mediante visitas guiadas. Una vez localizado un grupo de chimpancés, se puede estar con ellos durante 1 hora, si bien existe mayor flexibilidad de tiempo respecto a la observación de gorilas. Depende en gran medida de si los chimpancés están en el árbol, en el suelo, cerca, lejos…

Un alto en el tracking de chimpancés.

Aunque no podemos acercarnos a menos de 8 metros, ellos si pueden hacerlo. Suelen acercarse y curiosear. Incluso sentarse junto a las personas. Aunque también en muchas ocasiones no bajan de los árboles y hemos de conformarnos con mirar hacia arriba y verlos a 10 metros o a más de 50 metros de altura, casi al límite de altura del dosel. La suerte también juega en una caminata de seguimiento de chimpancés, pero en cualquier caso la experiencia bien merece la pena. Para verlos de cerca –si ellos no han estado por la labor de bajar de los árboles- siempre nos queda el zoológico de al lado de casa. A Kibale se viene a vivir unas emociones únicas, a disfrutar con el previo y post caminata, y por supuesto a internarse en la selva tropical en busca de los chimpancés que en el 99% de las ocasiones se observan. Sólo un paseo por Kibale ya justifica el viaje.

Nosotros localizamos dos grupos en los árboles de 4 y 12 chimpancés respectivamente, con adultos, jóvenes y crías, y de regreso al centro de visitantes nos cruzamos con un par más que caminaba aprovechando el sendero unos metros por delante. Concluyendo la caminata el sol aprieta con fuerza ya en el bosque y las mariposas centran nuestra atención los últimos metros de ruta. Aquí los lepidópteros se cuentan por miles, pero esa es lo dejo para otro post…

3 comentarios:

  1. BESTIAL!!! NUNCA MEJOR DICHO, JEJEJEJEJ

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  2. Una pasada...pero dan bastante respetillo...sobre todo tras encontrarnos frente a frente con el lider de los chimpances de Kibale, un bicho de unos 65 kg con una fuerza en los brazos que daba autentico miedo....Bestial!!!

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    1. Siempre dan respeto y desde luego tienen una fuerza superior a la nuestra, especialmente los machos del grupo. En cualquier caso es bestial!! como dices. Gracias por tu comentario y un saludo.

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