Cuando uno llega a Estambul, ya se sabe: Santa Sofía, el Palacio Topkapi, subirse a la Torre Gálata, o visitar la Mezquita Azul o la de Suleyman en representación de las 20.000 mezquitas de la ciudad. Pero hay más. Incluso mejor panorámica que la que se disfruta de la pétrea Torre Gálata se obtiene desde el Bósforo. Es una panorámica diferente, a ras de agua, pero los relieves de los minaretes se recortan como agujas que rasgan el cielo de Estambul. No es el propósito de este blog contaros cosas sobre el imperio otomano ni la bella urbe Ataturk, si no la naturaleza que la rodea, y que es notable. En su parte europea y asiática conserva interesantes bosques, en su mayoría de bosque mixto y pinares. Especies europeas y asiáticas en un clima eminentemente Mediterráneo. El Bósforo ejerce de ecotono y, para lo que hoy quiero mostraros, de pasillo acuático a miles de aves. Para disfrutar de este Estrecho que une el Mar Negro con el Mar de Mármara a lo largo de
Desde la cubierta del barco veréis joyas patrimoniales como el palacio
Dolmabahçe, la fortaleza de Europa, la fortaleza de Asia o las antiguas casas
de madera a orillas del canal marítimo. Pero en el estrecho no sólo fluye el
agua, con ella mucha vida. Tal y como ya os conté en el caso del crucero por el
Nilo, la cubierta es, además, un excelente observatorio para disfrutar con el
constante ir y venir de gaviotas, cormoranes y un buen número de limícolas que
aletean en vuelo rasante y a gran velocidad sobre el agua. Os llamará también
la atención la profusión de medusas, pequeñas medusas de color blanquecino que,
en oleadas, en algunos momentos se cuentan cientos de miles de estos cnidarios.
Hay bastante corriente, mucha especialmente en la unión con el mar de Mármara,
pero la temperatura del agua parece favorecer la proliferación de las medusas.
Sobre el agua nadan y pescan un buen número de láridos, y tendremos
tiempo de debatir sobre las diferencias y semejanzas entre la gaviota del
Caspio y la gaviota Patiamarilla. Bucean también los cormoranes, que se van
sumergiendo al paso del barco para volver a salir a superficie unos instantes
después.
Estas especies son residentes, habitantes cotidianos, pero el Estrecho
del Bósforo sirve de corredor migratorio a miles de aves terrestres. Grandes y pequeñas, desde paseriformes a ciconiformes. Uno de los
cuatro enclaves migratorios más importantes del mundo, pero eso son palabras
mayores que os contaré en otro post.
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