Entre la isla Felicite y las islas Sister, cerca de Praslin, emerge la pequeña isla de Coco. Si tuviéramos que dibujar la isla de un náufrago seguramente coincidiría con la imagen de isla de Coco, un saliente rocoso con unas pocas palmeras que afloran del Índico. Sería algo así como el símbolo que se emplea habitualmente en los mapas para dibujar una isla. En realidad son tres pequeños islotes en los que poco importa la escasa superficie emergida, pues el verdadero valor medioambiental de este espacio natural protegido se encuentra bajo el agua. La isla estuvo cerrada durante 10 años lo que permitió la regeneración de un fondo marino ya de por si enormemente rico y variado. Se trata de un parque nacional marino formado por una barrera de coral espectacular y con fondos rocosos y arenosos.
La primera vez que vi isla de Coco fue desde el aire, en un vuelo en helicóptero sobre Praslin y las islas circundantes. Me llamó la atención el perfil singular de la isla pero sobretodo la existencia de un enorme banco de peces y la gran “expectación” que el cardumen había levantado entre sus predadores. Alrededor de la mancha blanca con forma espiral, nadaban un buen número de tiburones martillo y un enorme tiburón ballena. El avistamiento me pilló de improviso, así que la foto con la que acompaño al post no se caracteriza por la nitidez de lo que os cuento. El banco de peces se ve y el resto a su izquierda… se intuye (creo).
Unos meses más tarde volvía a Isla de Coco, esta vez navegando. A bordo de un velero llegué frente al idílico islote para disfrutar de su fondo marino. Es una de las excursiones que se pueden contratar con facilidad en Praslin para ir a hacer snorkeling y bucear (media jornada). Y allí estaba yo, con gafas y aletas para dar buena cuenta de la belleza submarina. El debut no pudo ser mejor pues fue meter la cabeza en el agua y venir a saludarme una tortuga carey que nadó junto a mi casi 5 minutos. Después de este soñado comienzo, pasé una hora disfrutando de los invertebrados y peces de mil colores que nadaban en el arrecife. Es una zona expuesta a las corrientes, así que hay que tener cierta precaución. Sin más problema que éste, os costará sacar la cabeza del agua ante tanta vida y belleza submarina.
A ver si encuentro una foto acuática en la que capturé una especie extraña....
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