viernes, 16 de septiembre de 2011

El valle del Madriu, joya andorrana

Idílica imagen en la zona de l'Estall Serrer.

El valle del Madriu es otra de esas joyitas naturales con las que uno tiene la fortuna de reencontrarse de vez en cuando. Ya lo había caminado hace unos años y luego volví a hacerlo coincidiendo con su declaración como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco en el 2004. En realidad este Patrimonio de tipo Natural no es sólo el del Madriu sino también los valles tributarios de Perafita y Claror, que comparten la cabecera hidrográfica del río Madriu, y cuyos cursos fluviales se unen en el paraje de Entremesaigües para discurrir como uno sólo, hasta su desembocadura en el riu Valira d’Orient. A Perafita y Claror volveré en próximos post pero de momento hoy quiero centrarme en el valle del Madriu, que se extiende desde el circo glaciar donde se encuentra el estany de l’Illa hasta las casas de Escaldes-Engordany.

Bordas en los Corrals de Ràmio, aquí se unen el GR11 y el GR7.

En la diferencia de cotas desde los 1.000 metros hasta los 2.864 m. del Pic del Pessons la diversidad de ambientes y recursos naturales que en ellos encontramos es fastuosa. Su estado de conservación magnífico, como no podía ser menos en este Patrimonio natural de la Humanidad.

Desde bosques de ribera a retazos de bosque mediterráneo y algunas de las mejores muestras de pinar (rojo y negro), al que acompañan según orientación (solana o umbría) otros bosques como abetales, abedules y bosques mixtos de frondosas, entre otras especies vegetales. Destaca la proliferación de helechos en el bosque de pino negro –aparte del sotobosque de arándanos y rododendros en el pinar como despensa invernal- y en la parte baja del valle, en el corazón del bosque de ribera. La ruta de Entremesaigües es una ocasión perfecta para observarlos.
 
Cimas de la Serra del Sirvent.
El encanto del Madriu es esa mezcla inmaculada y casi virginal entre la antigua presencia del hombre y la naturaleza en su máximo apogeo. En cualquier caso la conservación del valle, el único de Andorra al que no llega el asfalto, hace que la segunda domine de forma abrumadora sobre la primera.
El recorrido clásico para conocer el valle del Madriu es la senda que lo remonta junto al río desde la carretera de la Plana (Escaldes-Engordany) a través del GR.7, compartiendo trazado con el GR.11 a partir de los Corrals de Rámio, y con el GRP a partir de la barraca de la Farga hasta la parte alta del circo glaciar. Por el camino los refugios de Fontverd (1.886 m.), Riu dels Orris (2.230 m.) y el de l’Illa (2.485 m.) invitan desde luego a quedarse a vivir en la zona…

Refugio de Fontverd.
De los parajes angostos de la primera parte del recorrido hasta Ràmio, donde comienza a abrirse tímidamente para hacerlo, ya sin tapujos, en las bucólicas praderas de Fontverd, se pasa a partir del refugio de Riu dels Orris al paisaje rocoso, granítico, imponente, preludio del magnífico espectáculo pétreo de la cabecera glaciar donde se asientan el enorme estany de l’illa, el segundo más grande de Andorra, y un puñado de perlas lacustres de menor tamaño.


El valle es sobrevolado por rapaces como el Buitre común o el quebrantahuesos, entre otras.
Como siempre que me sitúo frente a ellas, las Crestes del Gargantillar se encargaron de imponer con su vertical aspecto la gota de magnificencia que hacen sentir mi presencia como algo minúsculo. Una sensación que siempre me ha gustado.
No paséis por alto la oportunidad de visitar el valle del Madriu, 100% belleza.

Cominezo de la senda que recorre el valle.


No hay comentarios:

Publicar un comentario