La existencia de diecinueve
sitios arqueológicos pone de manifiesto la presencia prehispánica de olmecas y
mayas. Suponen de hecho los vestigios mayas más occidentales. Actualmente
todavía viven algunos mayas chontales. Sus antepasados utilizaban los cursos
fluviales que llegan a Centla como vías comerciales y de comunicación incluso
con Guatemala.
Los Pantanos de Centla, en la llanura costera del Golfo de México, forman el
Delta más grande de Mesoamérica. Hasta esta zona del sur del pequeño estado
mexicano de Tabasco llegan los
grandes ríos Grijalva y Usumacinta.
De la unión de ambos ríos, cada uno ya de por si con descomunales dimensiones,
resulta un buen número de canales, casi del tamaño de un brazo de mar, y zonas
encharcadas en este gran humedal norteamericano. También se encuentran otros
ríos menores como el Bitzal, el San Pedro y el San Pablo, aunque por todos es
conocido como el Delta del Usumacinta y del
Grijalva. Por aquí se vierte al mar dentro del ciclo natural del agua, el
30% del agua superficial de México.
Son nada menos que casi 305.000 hectáreas
de extensión en las que se ha formado un ecosistema que da cobijo a casi 40
especies de peces, medio centenar de anfibios y reptiles, 60 de mamíferos y 195
especies de aves. En total 365 especies de vertebrados. Entre sus embajadores
se encuentra el manatí, la nutria, el cocodrilo, la tortuga blanca y el curioso
pez pejelagarto. En las orillas y zonas someras proliferan las anátidas,
ardeidas y otras zancudas mientras el águila pescadora es la dueña del cielo en
Centla.
En sus orillas fluviales,
lagunas, islas e islotes crecen 400 especies de plantas formando principalmente
las asociaciones vegetales características de la selva baja, -con muchas orquídeas
y bromelias-, mucalería, espadañal (tular), popal y el manglar de mangle rojo,
negro y blanco.
La importancia del
ecosistema radica en que funciona como amortiguador de las crecidas en épocas
de inundaciones gracias a una especie de efecto “vasos comunicantes” entre los
diferentes ríos, lagunas y cuerpos de agua. Forma parte de la región Biótica
Campechana, y su importancia ecológica es tal que fue declarado Reserva de la Biosfera en el año 92.
Desde el punto de vista
floral destaca la profusión de plantas acuáticas e hidrófilas, y también las
subacuáticas y las flotantes como los nenúfares.
La reserva está bien
comunicada con Villahermosa, la capital tabasqueña, y es posible navegar el
delta en excursiones de media jornada para conocer la riqueza biológica de los
Pantanos de Centla. La referencia para ello es el centro de interpretación Uyotot-Ja o Centro del Agua. En el lugar,
también conocido como Tres Brazos
por la unión del Usumacinta, Grijalva y San Pedro, existe también una torre de
observación ornitológica que supone una excelente toma de contacto para lo que
seguro será una jornada ecoturística inolvidable en este sobresaliente humedal
mexicano.
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