Parque nacional Los Glaciares, Patagonia Argentina.
Uno de los brazos del lago Argentino se llama Canal Cristina. Se llega por
el margen de la península Herminita, muy cerca del lugar donde suelen
acumularse los témpanos de hielo hasta el punto de taponar en ocasiones la
navegación hacia Bahía Onelli y Upsala. Especialmente si hace poco que ha
tenido lugar una ruptura del frente del glaciar Upsala, que origina siempre
icebergs de gran tamaño.
Al final del Canal
Cristina se accede a una playa de cantos rodados en la que se enclava la Estancia Cristina. La principal característica de la
estancia es su aislamiento. Sólo se puede acceder navegando un par de horas
desde Punta Bandera, por eso los
huéspedes que se alojan en las escasas habitaciones con las que cuenta la
estancia vienen para quedar 3 días, es decir, mínimo un par de noches. Pocos
lugares hay en el mundo para desconectar de todo. Me senté en el porche a
escribir unas notas en el diario y casi hago un libro…
El eslogan que acuña
Estancia Cristina reza “el refugio ideal para los amantes de la naturaleza”. Y
a fe que lo es.
La estancia es un lugar
encantador. Cuenta con habitaciones maravillosas en medio de la nada más
absoluta. No es barato pero bien vale la pena. Lógicamente las posibilidades de
salir de aquí a comer o cenar en algún sitio son nulas así que los alojamientos
son siempre con la pensión completa. También puede conocerse en una excursión
de ida y vuelta que se acerca navegando hasta el Upsala y luego descansa en
Estancia Cristina hasta el momento del regreso a media tarde. Muy recomendable
también esta opción.
Cuenta con un completo
programa de actividades entre las que destaca la ruta que combina 4x4 y
senderismo para acceder al mirador natural sobre la lengua de hielo del glaciar
Upsala, el lago Guillermo y buena parte del Campo de hielo Sur Patagónico.
Además se visita el cañadón de los Fósiles. De regreso a la estancia podemos
observar la pareja de zorros que cría bajo uno de los galpones de la estancia,
el mismo en el que hoy se cuenta a modo de pequeño pero interesante ecomuseo,
la historia de Estancia Cristina. También el vuelo de las siempre ruidosas pero
bellas bandurrias.
El origen
de la Estancia Cristina hay que buscarlo en 1914 y cuenta la dura vida de la
familia que fundó y regentó esta estancia, que llegó a contar con 12.000 ovejas
y 30 vacas y 50 caballos en sus 22.000 hectáreas,
amén de servir como punto estratégico para la radiocomunicación de muchas de
las expediciones que se adentraron por este valle a conocer el por entonces
ignoto Campo de Hielo sur. Es el mejor refugio para los amantes de la
naturaleza y una referencia en el parque nacional Los Glaciares.
Estas son mis
valoraciones:
Situación: 9
Accesos: 3
Tranquilidad: 10
Arquitectura: 9
Ambiente: 8
Habitaciones: 8
Zonas comunes: 5
Gastronomía: 7
Servicio: 7
Servicio guías: 7
Integración Naturaleza: 8
Tranquilidad: 10
Arquitectura: 9
Ambiente: 8
Habitaciones: 8
Zonas comunes: 5
Gastronomía: 7
Servicio: 7
Servicio guías: 7
Integración Naturaleza: 8
Valoración general: 8
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