En los safaris fotográficos
que se realizan por los parques nacionales indios casi siempre en pos del
tigre, el rey de la fauna en India, sorprende
la gran cantidad de vida salvaje que habita estos espacios naturales. Siempre
he dicho que realizar safaris en India es lo más parecido a hacerlo en
cualquiera de los países del este y sur de África que tantos años llevan
especializados en este tipo de turismo. India cuenta con infraestructura
hotelera similar o en ocasiones mejor que la de los propios lujosos lodges
sudafricanos. Sólo existe el problema de la falta de educación ambiental en los
guías. Por lo demás, los principales parques nacionales indios rebosan vida a
animal y me recuerdan enormemente mis mejores safaris africanos. Aquí no hay
leones africanos, guepardos, jirafas, cebras o avestruces, pero si leones
asiáticos, tigres, chitales, sambares o ciervos de pantano. Tienen una avifauna
espectacular y comparten especies “similares” como pueden ser el leopardo, el
chacal, el elefante, el citado león, el perro salvaje, el cocodrilo, etc. Al
amanecer no corren frente al coche los impalas o las gacelas de Thomson, pero
si lo hacen los ciervos moteados. En África abundan los babuinos, aquí toman el
relevo los langures.
Uno de los animales más fáciles de ver es el langur común (Semnophitecus
entellus). Se observa en todo el subcontinente indio, así como Sri Lanka y
las zonas aledañas al Tibet. Habita las selvas y sabanas arboladas en las que
se camufla gracias a su pelaje marrón grisáceo, que con las primeras y últimas
luces del día se torna anaranjado. Destaca su porte esbelto y delgado, con
extremidades largas pero fuertes y larga cola.
El langur no sólo es uno de los animales más fáciles de ver en un
safari por ejemplo por los parques nacionales
de Kanha, Bandhavgarh o Ranthambore. También es uno de los más
gratificantes. Le gusta posar. A este cercopiteco se le suele ver en pequeños
grupos tomando el sol o alimentándose generalmente de vegetales. Son grupos jerarquizados
formados por macho dominante y sus hembras y crías. En otras ocasiones pequeños
grupos de machos jóvenes. En las zonas en las que es posible bajarse del coche
(los guías son quienes conocen dónde), se puede caminar entre los langures y disfrutar
de la fotografía. Es un animal confiado, si bien hay que mantener, como siempre
que se trata de animales salvajes, la distancia prudencial y un comportamiento adecuado.
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