lunes, 2 de diciembre de 2013

Birdwatching en Dyrhólaey, Vik



Ese día las nubes y el viento que traía asociado ráfagas de lluvia no se presentaban como la mejor opción climatológica para disfrutar de una buena mañana de birdwatching. De hecho, de los 12 días que estuve dando la vuelta a la isla (Ring Road), éste fue el día que peor tiempo hizo sin lugar a dudas. Aún así, la fama de Dyrhólaey, en Vik, en cuanto a observación de aves se refiere, hicieron que no dudara en parar en el acantilado que culmina en este cabo del sur de Islandia, al otro lado de la playa y laguna de Vik. Viniendo desde el oeste (Reykjavik) la referencia es Skeidflötur, justo antes de llegar a Vik, desde donde parte la pista de tierra que llega hasta la punta Dyrhólaey. Ambos lugares vienen señalados en la carretera 1.




La pista se dirige hacia el sur con el mar a la derecha y el agua de la laguna intermareal a la izquierda. Es una recta ventosa que pronto gana la protección montañosa del cabo. Se llega a una bifurcación. En este podéis ir hacia la izquierda para acabar en una explanada desde la que se domina una panorámica excepcional de la costa o bien subir por la derecha (4x4) hacia el borde del acantilado. En ambos punto la observación de aves está garantizada.

Dyrhólaey es un enclave fabuloso para observar frailecillos (cuenta con una colonia de cría en Reynisfjall), fulmar boreal y charrán ártico también crían en la zona. Así como los skúas grandes y árticos crían en la arena de la playa y en la laguna aves propias de humedales. Abajo, en las aguas de la laguna interior que aparecen separadas del mar abierto por la barra arenosa de la playa, nadan colimbos y anátidas. 




El borde del acantilado, los numerosos islotes costeros próximos, la playa y la laguna son un constante ir y venir de aves. Durante seis semanas del verano algunos puntos del acantilado están cerrados por coincidir con la época de cría. Aún así, la parada “paisajística” vale la pena.


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