La más célebre y espectacular de las Cataratas del Niágara es sin duda
la canadiense cascada de la Herradura. Espectacular con su caudalosa cortina de
agua que se precipita al fondo de la garganta desde más de 50 metros de altura,
aunque lo que más llama la atención sea la anchura y forma de herradura de este
salto de agua norteamericano. Sin embargo, lejos de las aglomeraciones
canadienses, en la margen derecha hidrográfica del río, se precipita al vacío
la conocida como cascada americana. Es la parte de la aportación de los Estados
Unidos norteamericanos al espectáculo natural de las Cataratas del Niágara.
No es el único lugar, también se encuentra la Bridal Veil Fall. Para disfrutarlas el mejor enclave es la isla de
la Luna, una isla perfectamente acondicionada justo al borde del abismo que
posibilita la mejor visión sin cambiar de orilla. La única pega es que se trata
siempre de una visión lateral, pero igualmente recomendable y llamativa, sobre
todo cuando las cascadas llevan buen caudal. El borde de la cascada se extiende
a lo largo de 335 metros
y se desploma a una altura de 54
metros . En verano se desploman nada más y nada menos que
285.000 litros
/segundo.
La isla de la Luna recibe fue
bautizada en el siglo XIX con ese nombre por el bello arco iris que en las
noches de luna llena o casi llena se aprecia desde ella en el vapor de agua que
desprende la catarata. De los árboles que cubrían la superficie de la isla nada
queda por la erosión natural y la actividad humana. La isla ha visto cómo la
erosión fluvial hizo que tuviera que acondicionarse en alguna ocasión. Incluso
permaneció cerrada en 1954-1955 y entre 1970-1972.
Si vais a las cataratas del Niágara, no dejéis de acercaros a este
lugar rodeado de agua. Desde su barandilla se aprecia abajo una hilera de
pasarelas que se acercan hasta la base de la cascada y la Cueva del Viento. Sobre
las pasarelas se distinguen infinidad de puntos amarillos. Son los imprescindibles
chubasqueros de los visitantes que deciden bajar a conocerlas. Si te animas a
hacerlo tu también, no olvides la capa de agua (ducha garantizada) y estima las
precauciones al caminar por superficie mojada. Lo mismo con tu equipo fotográfico. Arriba, en la isla, estás a salvo de mojarte.
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