lunes, 30 de diciembre de 2013

Las cataratas americanas del Niágara



La más célebre y espectacular de las Cataratas del Niágara es sin duda la canadiense cascada de la Herradura. Espectacular con su caudalosa cortina de agua que se precipita al fondo de la garganta desde más de 50 metros de altura, aunque lo que más llama la atención sea la anchura y forma de herradura de este salto de agua norteamericano. Sin embargo, lejos de las aglomeraciones canadienses, en la margen derecha hidrográfica del río, se precipita al vacío la conocida como cascada americana. Es la parte de la aportación de los Estados Unidos norteamericanos al espectáculo natural de las Cataratas del Niágara.





No es el único lugar, también se encuentra la Bridal Veil Fall. Para disfrutarlas el mejor enclave es la isla de la Luna, una isla perfectamente acondicionada justo al borde del abismo que posibilita la mejor visión sin cambiar de orilla. La única pega es que se trata siempre de una visión lateral, pero igualmente recomendable y llamativa, sobre todo cuando las cascadas llevan buen caudal. El borde de la cascada se extiende a lo largo de 335 metros y se desploma a una altura de 54 metros. En verano se desploman nada más y nada menos que 285.000 litros /segundo.



La isla de la Luna recibe fue bautizada en el siglo XIX con ese nombre por el bello arco iris que en las noches de luna llena o casi llena se aprecia desde ella en el vapor de agua que desprende la catarata. De los árboles que cubrían la superficie de la isla nada queda por la erosión natural y la actividad humana. La isla ha visto cómo la erosión fluvial hizo que tuviera que acondicionarse en alguna ocasión. Incluso permaneció cerrada en 1954-1955 y entre 1970-1972.



Si vais a las cataratas del Niágara, no dejéis de acercaros a este lugar rodeado de agua. Desde su barandilla se aprecia abajo una hilera de pasarelas que se acercan hasta la base de la cascada y la Cueva del Viento. Sobre las pasarelas se distinguen infinidad de puntos amarillos. Son los imprescindibles chubasqueros de los visitantes que deciden bajar a conocerlas. Si te animas a hacerlo tu también, no olvides la capa de agua (ducha garantizada) y estima las precauciones al caminar por superficie mojada. Lo mismo con tu equipo fotográfico. Arriba, en la isla, estás a salvo de mojarte.

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