Habitación standard (tienda beduina). |
Las tiendas de Al Maha Desert
resort & spa aparecen de pronto tras un recodo del camino envueltas en
la arena dorada de las dunas de la Reserva
para la Conservación del Desierto de Dubai,
en los Emiratos Árabes. Aquí no hay
espejismos, las tiendas y el lujo son reales y para bolsillos acaudalados. Un
lujo de más de 1.000 euros la noche. Bajo mi punto de vista es quizá algo caro,
pero no se puede negar que alojarse en este lodge del desierto es lo más
parecido a sentirse jeque por unas horas. Un oasis de vida y lujo, como digo, sin
espejismos. A partir de ahí, si uno se lo puede permitir, sin duda es la mejor
opción de alojamiento en Dubai –y probablemente de todo el país- en plena
naturaleza.
El resort nace en 1999 como parte de los servicios de la recién creada
Reserva para la Conservación del Desierto.
Destinada al público selecto que quiere sentir la experiencia de conocer el
desierto de Dubai tal y como era, un enclave donde los órix de Arabia y lasgacelas son las estrellas indiscutibles en medio de un paisaje de dunas
sobrecogedor al que se accede por cierto cómodamente en apenas 45 minutos desde
el aeropuerto.
El concepto del alojamiento es todo incluido (excepto bebidas
alcohólicas) y gira en torno a las espectaculares tiendas beduinas que sirven
de habitación a los huéspedes. Son bungalows-tienda que suponen un micromundo
suntuoso para el huésped. Casi no necesitas salir de la habitación para nada (e
incluso hay quien se hace servir allí la comida). Las habitaciones (la mayoría tiendas
beduinas, aunque hay suites) no escatiman en detalles, son amplias y cuentan
con piscina privada con vistas al desierto. Un detalle que me gustó es que
incluso disponen de unos buenos prismáticos en cada habitación para usar durante la estancia.
Las zonas comunes no son muy grandes. Cuentan con una gran recepción
con tienda y bar, y una terraza elevada sobre el horizonte de arena desde la
que observar en lontananza cómo órix o gacelas sacian su sed en una charca algo
alejada. Abajo se realizan por la mañana demostraciones de cetrería aderezadas
con una copa de champagne.
El segundo edificio común es el spa-piscina. No muy grande pero
suficiente. La piscina de horizonte relaja a más no poder.
Además del alojamiento y la pensión completa, la estancia incluye un
par de actividades por día/huésped, a elegir entre: paseo en dromedario, safari
fotográfico 4x4 (1 hora), paseo a caballo, etc. La reserva y la propiedad no admiten visitantes
ni niños y me recordó mucho por el enfoque de los servicios y el concepto del
alojamiento a alguno de los lujosos lodges enclavados en reservas africanas, aunque
la vida salvaje aquí es mucho más limitada y no se realizan por ello safaris de
3-4 horas. Un lugar perfecto para conocer la vida salvaje del desierto y
descansar como un verdadero jeque.
En esta ocasión me invitaron a conocer el alojamiento pero no tuve el gusto (de momento...) de alojarme ni realizar un safari fotográfico con los guías del hotel, así que por este motivo no pued valorar estos aspectos (aunque imagino que por supuesto estará a la altura).
Estas son mis valoraciones:
Situación: 8
Accesos: 10
Tranquilidad: 10
Arquitectura: 8
Ambiente: 9
Habitaciones: 10
Zonas comunes: 6
Gastronomía:
Servicio:
Servicio guías:
Integración Naturaleza: 9
Valoración General: 8
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