La Alberca, en la Reserva de la Biosfera de Sian Ka'an |
En lengua maya Sian Ka’an significa “origen del
cielo” o “puerta del cielo”. Desde luego esta antigua civilización sabía
escoger bien los nombres… Sian Ka’an es un Bien natural declarado Patrimonio de
la Humanidad desde 1987 y Reserva de la Biosfera (20 enero 1986) de 528 hectáreas de
superficie. Se trata del enclave natural de Quintana Roo (estado mexicano al que pertenece) más espectacular y probablemente
también más bello de toda la península
de Yucatán.
Llegué a este pedacito de paraíso hace ahora una década, por una
entonces bacheada y polvorienta pista desde Tulum que poco a poco me metía de
lleno en una porción hasta entonces desconocida de la Riviera Maya. Lejos de
masificaciones y de la presencia de cadenas hoteleras, 100% natural, sin
condimentos. Me cautivó la sucesión de paisajes y ecosistemas que se abrían a
derecha e izquierda del camino, y rompían la monotonía de un horizonte llano
cubierto de verde. Una cortina verde de selva mediana sólo rota de vez en
cuando por un jirón en la vegetación que dejaba ver alguna playa de esta
delgadísima península caribeña. Un hilo de tierra que rasga de norte a sur el
azul indescriptible del mar Caribe. En el apartado marino pocos lugares he
visto en mi vida como “La Alberca”
una piscina natural de aguas tan someras como turquesas.
Sian Ka’an es sobre todo un humedal costero en el que existen lagunas
interiores, pequeñas bahías, cenotes sobre suelo calizo, playas, dunas y selva
mediana subperennifolia y subcaducifolia, selva baja inundable, y tasistal pero
en el apartado botánico en esta Reserva de la Biosfera destacan sobre todo los
bosquetes de petenes unos gigantescos y escasos árboles relictos de los
humedales –ligados al agua dulce y al agua salada- y los manglares, formados
por cuatro especies de mangle: rojo, negro, gris y blanco. Que forman los
manglares chaparros y los manglares de franja. En total 859 especies vegetales.
El final de ese camino que viene de Tulum lleva hasta Punta Allen, un pequeño poblado de
palapas de madera con techo de palma dispersas sobre una playa con cocoteros frente
al arrecife coralino de la Gran Barrera mesoamericana ¿suena paradisiaco
verdad? Pues no sabéis lo que me costó simplemente hacerme a la idea de tener
que marchar de allí.
Como guinda a la visita, la embarcación que me llevó a ese enclave
surrealista que es “La Alberca”, me acercó también hasta Cayo Culebras. Se trata de un cayo ubicado al sur de Punta Allen,
un reducto natural donde se conservan magníficamente bien los manglares. En su
parte sumergida se mueve a su antojo el manatí mientras que la porción emergida
está copada por diferentes especies de aves marinas que han establecido en este
cayo su hogar de cría. En la reserva se han censado 326 especies de aves. Un buen
número de pelícanos y fragatas, sobrevolaban nuestras cabezas a medida que
lentamente recorríamos el manglar. El sol comenzaba a despedir el día; era hora
de pensar en el regreso, pero sin duda no podía existir un mejor final.
No hay comentarios:
Publicar un comentario