Kanha es un parque nacional indio que fascina desde
el primer momento. Con sus fríos amaneceres entre la niebla, es un lugar en el
que mientras realizas safaris
fotográficos sientes la presencia del tigre
de Bengala siempre acechante, te mueves con la sensación de que te vas a
encontrar al precioso felino en cualquier recodo del camino, de su camino, de
esos senderos que él emplea para moverse en su territorio de caza, de los
llamados “Senderos del Tigre”. El tigre es sin duda la estrella de los safaris
en India y Kanha, con la mayor población del felino (cerca de un centenar de
individuos, 95 en el censo 2013) es sin duda uno de los mejores lugares para
observarlo. El único inconveniente es el gran tamaño de este parque nacional de
Madhya Pradesh, en el centro de la India, por eso no es fácil encontrarlos. Aún
así lo habitual en un par de días de safari es toparse con alguno.
Su vasta extensión de casi 2.000 kilómetros
cuadrados, dominada por bosques de árboles de sal y bambú, alberga un buen
número de hábitats y permite la existencia una larga lista de mamíferos que
acompañan al tigre y que suponen otro aliciente más a la hora de realizar
safaris en Kanha: leopardos, perros salvajes indios, chacales, hienas, osos
bezudos, etc. Y una gran cantidad de herbívoros para sustentar a tanto
depredador: Chitales, sambares, antílopes nilgai, muntjaks (muntiacos), etc. Sus
zonas húmedas son por ejemplo el hogar de unos enormes ciervos endémicos del
parque que se llaman barasinghas o ciervos de los pantanos. Pero el mayor
atractivo herbívoro de Kanha, aunque se puede ver en otros parques, es la buena
población de gaur o bisonte indio (Bos gaurus). Unos 1.700 individuos.
Los gaures se mueven en pequeños grupos y son relativamente fáciles de
ver. Sólo hay que saber donde buscarlos. A pesar de su descomunal tamaño (es el
mayor bisonte del planeta), mucho mayor que sus parientes el bisonte americano
o el bisonte europeo, es muy difícil de observar cuando se mueve por el
interior del bosque, especialmente después del monzón indio, cuando la
vegetación es más tupida. Sabiendo que sienten predilección por los brotes
tiernos de bambú (al igual que los osos panda) que crecen en los lindes del
bosque, es ahí donde buscarlos y poder verlos con mayor facilidad. Les gusta
salir a terrenos más abiertos para alimentarse en la periferia del bosque,
regresando al interior forestal en busca de la seguridad que éste ofrece.
Lo primero que llamará tu atención es el enorme tamaño, especialmente
de los machos, que llegan a alcanzar más de 2 metros de altura de cruz
y 3 metros
de longitud. Lo siguiente, esos calcetines blancos que les llega hasta la
“pantorrilla”. Son inconfundibles. Recuerdo la última vez que vi un gran macho,
precisamente unos instantes antes disfrutar con la presencia de un enorme tigre
no lejos de donde, de pronto, nos apareció el bisonte. Estábamos parados en el
camino después de escuchar a los monos langures chillar, uno de los signos
inequívocos de que el gran señor de Kanha, el tigre, andaba cerca. Mientras
esperábamos, a nuestra espalda salió repentinamente del bosque un enorme gaur
que cruzó la pista para ganar la otra parte del bosque. Parece mentira que
semejante animal casi pasara inadvertido ante nuestros oídos hasta que salió al
camino. Y de su tamaño, qué os voy a contar, sólo basta comparar en la foto su
tamaño y el del todo terreno que está tras él, un vehículo de 8 plazas que
parece un pequeño turismo…
Este Fin de Año, regresaré de nuevo a Kanha, en busca de tigres, de
leopardos, de osos… pero también a disfrutar de baransinghas y gaures. Y si me
quieres acompañar, aquí te dejo más información.
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