Chott el Djerid, el mayor de los lagos salados tunecinos. |
De nuevo me detengo en Túnez, pero no en el desierto de arena sino en un elemento paisajístico tan curioso como los lagos salados en medio del desierto. Son conocidos como Chott y tienen carácter temporal, inundados en parte durante el invierno pero secos la mayor parte del año. Es un paisaje de sal, de mucha sal. Algún día estuvieron bajo las aguas del Mediterráneo y hecho están, aunque sin agua, por debajo del nivel del mar. Es terreno de horizontes infinitos donde los espejismos hacen mella en la vista y juegan malas pasadas a la hora de buscar el final del lago. Tanto que no lo encontraremos. No en vano se trata de lagos con grandes dimensiones.
Rosa del desierto. |
El mayor, con 7.000 kilómetros cuadrados, es chott el Djerid. El principal acceso es la carretera que une Kebili y Tozeur, pues atraviesa el lago de norte a sur. Otros accesos son las poblaciones de Nefta y Douz. Tan singular paisaje ha servido de escenario a célebres películas y de nuevo encontramos en Star Wars o El Paciente Inglés a alguna de las más famosas.
La superficie del lago es un mosaico de colores rojos y rosas allí donde existe algo de agua, y un blanco cegador de la infinita costra de sal en las zonas secas. De sus entrañas salen las famosas Rosas del desierto, una curiosa piedra con formas poliédricas laminares que recuerdan los pétalos de una rosa, resultado de la conjunción de capas de yeso, agua y arena, y que se ofrecen a los visitantes en cualquier punto del desierto de Túnez.
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