Cumplidos ahora diez años de mi visita a Tonga, sus aguas, sus gentes, y la naturaleza de este pequeño país me cautivaron para siempre. Para siempre marcó mi vida esos días a lo Robinson Crusoe navegando y viviendo en las islas deshabitadas de Tonga. Como comentaba en el post anterior sobre este país, estaba cubriendo para la revista Turismo & Aventura (que dirigía por aquella época) la que a la postre sería la última edición del Camel Trophy.
|
Tonga posee islas de origen volcánico y de origen coralino. |
A diferencia de las 19 ediciones anteriores, el todo terreno había sido sustituido por una potente lancha neumática y los equipos se lanzaban a surcar los mares del sur durante semanas, siguiendo estrategias (o no), comiendo lo que la madre naturaleza podía proveerles o abasteciéndose en las escasas islas habitadas de este archipiélago con más de 176 islas diseminadas en una pequeña porción del Pacífico Sur. Sólo 36 cuentan con población permanente. Están divididas en tres grupos principales: Tongatapu (con la capital Nuku’alofa y los arrecifes Minerva), Vavaú (destaca la isla más alta: Toku, con 1.033 m.) y Ha’hapai.
|
Murciélagos durmiendo |
|
Aquí estoy durante el Camel Trophy Tonga-Samoa. |
He querido rescatar estas fotos (por entonces diapositivas, así que pido perdón por su calidad “digital”) y compartir con vosotros unas aguas sorprendentes. Es complicado encontrar más coloraciones en este paraíso. Qué deciros de la sensación de navegar sobre arrecifes de coral, de llegar a islas formadas por simples bancos de arena, de conocer islas calcáreas tapizadas por una selva impenetrable en la que vuelan cada noche miles de inmensos murciélagos del tamaño de aves rapaces, de ver humear volcanes, de la experiencia de compartir navegación con un buen número de cetáceos y escualos…
Para llegar lo mejor es desde Auckland, capital de Nueva Zelanda. En un vuelo de un par de horas estaréis en el paraíso, en plena Polinesia.
Y hablando de paraísos y cetáceos, el próximo día regresaré a aguas polinesias, a la isla de Moorea, donde se ofrece la experiencia de nadar…. ¡¡con ballenas jorobadas!!, rorcuales que también llegan a Tonga en el invierno austral.
Uff... menos mal... que por unos instantes, he volado fuera de las cuatro paredes a " unas aguas sorprendentes" pero... sigue contándonos esas "sensaciones" "navegar sobre arrecifes de coral, llegar a islas formadas por simples bancos de arena.." se disfrutan a través de tus palabras..
ResponderEliminarMuchas gracias Lola por tus palabras y me alegro de contribuir a los viajes virtuales. Hace unos añitos (como se puede ver en la foto) tuve la fortuna de vivir la que posiblemente ha sido la mejor experiencia viajera de mi vida en Tonga. Lástima que sean diapositivas y no digitales para apreciarlas más...
ResponderEliminarQué maravilla. Aunque sean diapositivas...tus palabras invitan a viajar lejos y a sentir el silencio en esas aguas. Gràcias por compartirlo.
ResponderEliminarQue maravilla de playas...estar allí tiene que ser un lujo!
ResponderEliminarSaludos
Gracias Anónimo. Una pena lo de las diapos pero se agradece saber que transmitan la fuerza de esos paisajes. Un saludo.
ResponderEliminarAbsolutamente.... lo de las playas y lo del lujo de poder disfrutarlas. La experiencia inolvidable fue navegarlas con un rumbo fijo pero sin itinerario definido y poder llegar hasta ellas "perdido" cada día. Gracias por tu comentario motor de reservas m-hotel. Un saludo.
ResponderEliminar