Convertida en postal turística desde hace muchos años, la Garganta de Todra es sin duda una de
las imágenes naturales por excelencia de Marruecos.
Es el máximo exponente en cuanto a verticalidad en el desierto de roca
marroquí.
La gran garganta de Todra se encuentra en la parte oriental del Alto Atlas, cerca de la localidad de Tinerhir. Desde esta importante ciudad
al pie del Atlas una carretera de montaña remonta durante unos 40 minutos el
valle, sembrado de palmeras y fértiles huertas hasta la entrada natural del cañón. A partir de aquí –previo pago de una pequeña cantidad- se puede
entrar en vehículo unos 500
metros hasta donde finaliza el asfalto y la pista
continúa empedrada y sinuosa remontando la garganta hasta la zona alta (camino
sólo apto para 4x4).
La garganta se forma en el discurrir del río Todra a lo largo de 40 kilómetros , si
bien son sus últimos 600
metros los más espectaculares y fotografiados. Allí
donde las paredes alcanzan una verticalidad de casi 200 metros separadas
ambas por apenas 10 metros ,
la distancia justa para que el río fluya y la estrecha carretera se abra paso
hasta la zona donde se ubican un par de alojamientos y restaurantes. Para
llegar hasta allí será preciso vadear el cauce pedregoso del río
(imprescindible 4x4) o bien cruzar caminando.
Valle de Tinerhir de camino a la garganta. |
Los colores naranjas embaucan e hipnotizan desde el primer momento. No
sabía que había tantas tonalidades de naranja hasta que no pasé un día en la
garganta y pude ver cómo el color de la roca iba variando a medida que el sol
rotaba en busca de poniente. Por cierto que la verticalidad es tal, que muchas zonas
de la abrupta garganta de Todra permanecen siempre en sombra.
No quedan lejos otras gargantas emblemáticas del país vecino como la
del Dadès o la de Amellago, más desconocida. Un tridente geológico difícil de
superar.
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