martes, 4 de febrero de 2014

Garganta de Amellago

La garganta de Amellago, solitaria y espectacular.

Amellago no queda lejos de la Garganta de Todra y compite con su vecina en espectacularidad. Cada una a su manera, la de Todra con una estrechez singular y la de Amellago con un largo cañón, más ancho, que no le va a la zaga. Donde no compiten es en cuanto a popularidad. En este apartado Todra gana por goleada. Amellago espera, apartada de casi cualquier itinerario tradicional, con su impactante belleza intacta. Y en buena medida ahí radica su magnetismo.

Recorriendo la garganta de Amellago

Amellago es una pequeña población enclavada en la cara norte de la porción más oriental del Alto Atlas, donde casi toca con la mano las estribaciones del Atlas medio. Se llega a ella por el sur desde Goulmina (70 kilómetros al este de Tinehir), en la vertiente meridional de la más alta cadena montañosa de Marruecos, y es a su paso por el cañón labrado por el río Gheris y que abre las montañas desnudas y rocosas del Alto Atlas, cuando quedaréis cautivados por la geología de la Garganta de Amellago.

Paisaje entre Amellago y Rich.

Es un tramo de unos 35 kilómetros, entre Tadirhoust y Amellago, con altas paredes que se descuelgan de la parte alta, donde aguardan las cimas que rondan los 2.500 m. de altitud. El discurrir por la pista que recorre el fondo de la garganta es placentero, y en ocasiones cambia de orilla por el lecho pedregoso atravesando un cauce que se torno peligroso con las crecidas. No transitar con lluvias fuertes. Si vais por la zona no dejéis de recorrerlo como alternativa a la carretera asfaltada entre Ar-Rachidia y Rich, que dicho sea de paso atraviesa otro bello desfiladero, el del Ziz. Así hice yo en mi Gran Ruta por Marruecos.


El río Gheris a su paso por la Garganta de Amellago.

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