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martes, 11 de noviembre de 2014

Sian Ka'an, un trocito del paraíso en la Riviera Maya

La Alberca, en la Reserva de la Biosfera de Sian Ka'an

En lengua maya Sian Ka’an significa “origen del cielo” o “puerta del cielo”. Desde luego esta antigua civilización sabía escoger bien los nombres… Sian Ka’an es un Bien natural declarado Patrimonio de la Humanidad desde 1987 y Reserva de la Biosfera (20 enero 1986) de 528 hectáreas de superficie. Se trata del enclave natural de Quintana Roo (estado mexicano al que pertenece) más espectacular y probablemente también más bello de toda la península de Yucatán.
 
Colonia de fragatas en Cayo Culebras
Llegué a este pedacito de paraíso hace ahora una década, por una entonces bacheada y polvorienta pista desde Tulum que poco a poco me metía de lleno en una porción hasta entonces desconocida de la Riviera Maya. Lejos de masificaciones y de la presencia de cadenas hoteleras, 100% natural, sin condimentos. Me cautivó la sucesión de paisajes y ecosistemas que se abrían a derecha e izquierda del camino, y rompían la monotonía de un horizonte llano cubierto de verde. Una cortina verde de selva mediana sólo rota de vez en cuando por un jirón en la vegetación que dejaba ver alguna playa de esta delgadísima península caribeña. Un hilo de tierra que rasga de norte a sur el azul indescriptible del mar Caribe. En el apartado marino pocos lugares he visto en mi vida como “La Alberca” una piscina natural de aguas tan someras como turquesas.
 
Punta Allen
Sian Ka’an es sobre todo un humedal costero en el que existen lagunas interiores, pequeñas bahías, cenotes sobre suelo calizo, playas, dunas y selva mediana subperennifolia y subcaducifolia, selva baja inundable, y tasistal pero en el apartado botánico en esta Reserva de la Biosfera destacan sobre todo los bosquetes de petenes unos gigantescos y escasos árboles relictos de los humedales –ligados al agua dulce y al agua salada- y los manglares, formados por cuatro especies de mangle: rojo, negro, gris y blanco. Que forman los manglares chaparros y los manglares de franja. En total 859 especies vegetales.
 
Entre los mangles de Cayo Culebras
El final de ese camino que viene de Tulum lleva hasta Punta Allen, un pequeño poblado de palapas de madera con techo de palma dispersas sobre una playa con cocoteros frente al arrecife coralino de la Gran Barrera mesoamericana ¿suena paradisiaco verdad? Pues no sabéis lo que me costó simplemente hacerme a la idea de tener que marchar de allí.
 
Sian ka'an alberga el mayor hábitat para cocodrilos en México.

Como guinda a la visita, la embarcación que me llevó a ese enclave surrealista que es “La Alberca”, me acercó también hasta Cayo Culebras. Se trata de un cayo ubicado al sur de Punta Allen, un reducto natural donde se conservan magníficamente bien los manglares. En su parte sumergida se mueve a su antojo el manatí mientras que la porción emergida está copada por diferentes especies de aves marinas que han establecido en este cayo su hogar de cría. En la reserva se han censado 326 especies de aves. Un buen número de pelícanos y fragatas, sobrevolaban nuestras cabezas a medida que lentamente recorríamos el manglar. El sol comenzaba a despedir el día; era hora de pensar en el regreso, pero sin duda no podía existir un mejor final.

domingo, 24 de febrero de 2013

Los Cenotes de Yucatán


Cenote de Ikil.

Reproduzco en la entrada de hoy un post que ya publiqué en mi blog Ecoturismo hace unos años. Creo que no debe faltar entre los Paraísos del mundo una obra de arte natural como los Cenotes de la mexicana península de Yucatán.


Cuesta pensar que en un territorio de 300.000 kilómetros cuadrados, lo que ocupa la península de Yucatán, sólo exista un río, el río Hondo fronterizo entre Belice y México. Tiene una explicación.


La península de Yucatán es la parte emergida de la plataforma continental de Yucatán y que separa el mar Caribe del golfo de México. En su gran mayoría perteneciente a varios estados mexicanos, llega incluso al Petén guatemalteco y al norte de Belice. Hasta ahí todo bien, pero lo que realmente llama la atención es que una superficie de tan vastas dimensiones sea prácticamente plana con más del 90% de su territorio que no levanta más de 200 metros sobre el nivel del mar, y especialmente la ausencia de cursos fluviales en su superficie -salvo la mención hecha de río Hondo-. En realidad ríos hay, y muchos, y muy largos, pero están bajo tierra.

Cenote sagrado Chichén Itzá

También se sabe que el agua del mar penetra en la península en grandes cantidades alcanzando incluso 110 kilómetros hacia el interior formando un verdadero sistema de corrientes salinas. Pero ¿a que se deben estos dos fenómenos? A la naturaleza geológica de la península, eminentemente caliza y con rocas solubles (dolomías, yesos, etc.). Y donde hay roca caliza ya se sabe que actúa el agua de lluvia disolviendo el carbonato cálcico de la roca en un proceso erosivo llamado karst. El resultado: una península que es en realidad gigantesca esponja o queso gruyere lleno de agujeros –cuevas- que filtra el agua hasta el subsuelo evitando así a formación de ríos superficiales. Las corrientes y cursos fluviales discurren pues unos metros bajo la superficie. En algunos puntos de estos túneles el agua termina por disolver partes del techo originando el desplome y dejando al aire parte del curso del río. Son los llamados cenotes (dolinas), agujeros generalmente de forma circular y gran variedad de tamaños. Muchos de estos cenotes se formaron por el derrumbe del techo de cuevas y luego fueron inundados por la penetración del mar. Los hay pues de agua dulce y de agua salada. Como veis, para todos los gustos.


Jugaban un importante papel en la cultura de los mayas como puerta al inframundo. De hecho fueron ellos quienes los bautizaron como d’zonot, que significa “caverna con depósito de agua”. Y eran para ellos sagrados, como el cenote de Chichén Itzá, sirviendo como lugar de sacrificio.

Bajando al cenote Chimuch

Se calcula la existencia de 7.000-8.000 cenotes en la península de Yucatán. La selva y la vegetación cubren buena parte de la península de manera que no siempre resulta fácil localizarlos. Muchos permanecen ocultos todavía, otros cuentan con un acceso complicado y otros muchos son de fácil acceso y están preparados para el turismo. ¿Qué hace un turista en un cenote? Contemplar las dimensiones descomunales de algunos de ellos, practicar deportes de aventura en los que es incluso necesario realizar rapel para bajar hasta la entrada y nadar en sus aguas. En algunos cenotes se imparten cursos de buceo y se practica espeleología de gran nivel.


Para visitar estas impresionantes formaciones geológicas se puede acceder por libre (previo pago de una módica entrada) a los más acondicionados para el turismo como el cenote Dos Ojos, Ikil, Xcaret, Zaci o X’keken, y otros son ofrecidos por empresas de ecoturismo y de aventura: cenote Chimuch.

Otros cenotes relevantes son Xlacah, Ziiz ha, Dzibilchaltún, Cuzama, Manatí, Manglares de San Crisanto... elige el tuyo.


domingo, 17 de febrero de 2013

Cañón del Sumidero


 

El río Grijalva, el más largo de México, posee el insondable Cañón del Sumidero. Este parque nacional es un profundo cañón labrado por el río en las inmediaciones de Chiapa de Corzo, una de las primeras ciudades fundadas en Chiapas, y muy cerca de la moderna capital Tuxtla Gutiérrez.

 

Un par de embarcaderos (Cahuaré y Chiapa de Corzo) permiten tomar una embarcación y recorrer el fondo del cañón en un par de horas para llegar hasta los mayores tesoros de este parque nacional. La cueva de Colores, la cascada del Árbol de Navidad (80 metros) y la cueva del Silencio, son los mayores atractivos en esta garganta de paredes que llegan a ofrecer en su parte más vertical un desnivel de 1.000 metros y que encuentra el final del recorrido en la presa Ingeniero Manuel Moreno Torres. La presa es conocida popularmente como presa Chicoasen y, con una caída de de 262 metros, es una de las más profundas del mundo. Durante el recorrido un sinfín de aves, desde garzas de diferentes especies hasta pelícanos o cormoranes, cruzan continuamente de orilla a orilla ante la siempre atenta y paciente mirada de los caimanes.

 

Cada época del año presenta un aliciente para visitar Chiapas. Por ejemplo, la estación seca (de noviembre a finales de marzo) es la época recomendable para visitar las Cascadas de Agua Azul. Por el contrario, es la época de lluvias la más impresionante para contemplar el verdor y las cascadas del Cañón del Sumidero. Yo llegué al cañón en las últimas horas del día, muy lejos de la iluminación que me hubiera gustado con el sol en alto. Fotográficamente las condiciones no eran las mejores pero me resistía a dejar pasar la oportunidad de navegar un par de horas por este impresionante cañón mexicano. Las fotos no son ni mucho menos las idóneas pero quería compartir con vosotros este lugar para cuando os dejéis caer por el bello estado de Chiapas.
 
 

jueves, 14 de febrero de 2013

Entre las cascadas de Agua Selva




Un vistazo por encima a un mapa topográfico de Tabasco nos da una idea de que el llano es el gran dominante en la orografía de este estado. Un llano que está ocupado por grandes extensiones de zonas pantanosas como la de Centla -importante Reserva de la Biosfera, el mayor delta de Mesoamérica y el tercero más grande de todo el Nuevo Mundo-.

 

Allá donde las zonas inundadas dejan paso a zonas inundables y sus fértiles campos adyacentes, crece la sabana. La ganadería se encarga de evitar que la vegetación potencial de carácter selvático se instale definitivamente en buena parte de estos lugares, pero a medida que nos dirigimos al sur, el terreno se torna poco a poco más montañoso para dar paso, fuera ya de este estado, a la montaña chiapaneca.

 

Más al sureste, enlazando con la subregión de Los Ríos, se pasa a tierras guatemaltecas dominadas por la Selva Lacandona. En estas zonas montañosas tabasqueñas (La Sierra y sur de La Chontalpa), que apenas superan los mil metros de altitud, se halla, no obstante, un mundo absolutamente diferente al predominante en el resto del territorio. Un mundo de altitudes modestas pero paisajes y relieves intrincados y escarpados, laderas empinadas por las que se descuelgan decenas de cascadas y ríos de aguas bravas que descienden hacia el Golfo de México con una fuerza inusitada. Aquí, en la parte más suroccidental, encontramos el paraíso terrenal que ando buscando. Pocas veces un nombre tan corto explica mejor lo que tras él se esconde. Agua Selva es precisamente eso: agua -mucha- y selva, muy abundante y en buen estado de conservación. De hecho quedan buenas extensiones de bosque tropical primario. Esta vegetación no es rara en Tabasco, pues este pequeño estado posee el 80% de la vegetación tropical mexicana.

 

Entendida esta abrumadora presencia vegetal, es fácil comprender que la Sierra de Huimanguillo, donde se localiza el paraje de Agua Selva, posee agua en abundancia. Tabasco engrosa su curriculum particular aportando a las estadísticas de México otro dato muy elocuente: el estado tabasqueño, que apenas representa el 1% de la superficie del país, proporciona casi el 40% del agua dulce de México. En Agua Selva se llevó a cabo la primera iniciativa relacionada con el ecoturismo al constituir la experiencia piloto ecoturística en el país azteca. Con esta tarjeta de presentación parece claro que Agua Selva ha de constituir una visita obligada en Tabasco. Aguarda con valores ecoturísticos de gran valor sustentados en una jungla de gran valor biológico y perfecto representante de este complejo ecosistema -el ecosistema terrestre más complejo-, en un patrimonio arqueológico único abanderado por Malpasito, en un componente indígena notable y en un destino privilegiado para ornitólogos profesionales y aficionados. Los amantes de la observación de aves están de enhorabuena.

 

En las inmediaciones del Sitio Arqueológico Malpasito se encuentra también una preciosa cascada de 25 metros de caída llamada Cascada del Sitio. Agua y más agua. Dejo la Cascada del Sitio pero no la compañía del agua, pues una serie de hermosas cascadas y saltos de agua se precipitan desde las inmediaciones de los cerros de La Copa, La Pava, El Mirador, etc. formando postales allá donde se mire. Aunque las hay de más de cien metros de caída, dominan las de tamaño medio o de pequeña altura (20-25 metros), pero cuya ubicación conforma decorados de ensueño en los que la altura, desde luego, es lo de menos.

 

La naturaleza consigue abrumar al visitante hasta dejarle boquiabierto. Para conocerlas existen una serie de senderos, la mayoría de carácter circular, que permiten ir recorriendo diferentes zonas de la sierra de Huimanguillo e ir descubriendo los saltos de agua y arroyos a la par que me detengo en alguno de los poblados para mezclarnos con sus habitantes, gente afable que aunque con pocos recursos económicos, puede tener la certeza de contar con algo que no se compra con dinero, uno de los enclaves naturales mejor conservados.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Pantanos de Centla, la salida fluvial de México

 

La existencia de diecinueve sitios arqueológicos pone de manifiesto la presencia prehispánica de olmecas y mayas. Suponen de hecho los vestigios mayas más occidentales. Actualmente todavía viven algunos mayas chontales. Sus antepasados utilizaban los cursos fluviales que llegan a Centla como vías comerciales y de comunicación incluso con Guatemala.

 

Los Pantanos de Centla, en la llanura costera del Golfo de México, forman el Delta más grande de Mesoamérica. Hasta esta zona del sur del pequeño estado mexicano de Tabasco llegan los grandes ríos Grijalva y Usumacinta. De la unión de ambos ríos, cada uno ya de por si con descomunales dimensiones, resulta un buen número de canales, casi del tamaño de un brazo de mar, y zonas encharcadas en este gran humedal norteamericano. También se encuentran otros ríos menores como el Bitzal, el San Pedro y el San Pablo, aunque por todos es conocido como el Delta del Usumacinta y del Grijalva. Por aquí se vierte al mar dentro del ciclo natural del agua, el 30% del agua superficial de México.

 

Son nada menos que casi 305.000 hectáreas de extensión en las que se ha formado un ecosistema que da cobijo a casi 40 especies de peces, medio centenar de anfibios y reptiles, 60 de mamíferos y 195 especies de aves. En total 365 especies de vertebrados. Entre sus embajadores se encuentra el manatí, la nutria, el cocodrilo, la tortuga blanca y el curioso pez pejelagarto. En las orillas y zonas someras proliferan las anátidas, ardeidas y otras zancudas mientras el águila pescadora es la dueña del cielo en Centla.

En sus orillas fluviales, lagunas, islas e islotes crecen 400 especies de plantas formando principalmente las asociaciones vegetales características de la selva baja, -con muchas orquídeas y bromelias-, mucalería, espadañal (tular), popal y el manglar de mangle rojo, negro y blanco.

 

La importancia del ecosistema radica en que funciona como amortiguador de las crecidas en épocas de inundaciones gracias a una especie de efecto “vasos comunicantes” entre los diferentes ríos, lagunas y cuerpos de agua. Forma parte de la región Biótica Campechana, y su importancia ecológica es tal que fue declarado Reserva de la Biosfera en el año 92.

Desde el punto de vista floral destaca la profusión de plantas acuáticas e hidrófilas, y también las subacuáticas y las flotantes como los nenúfares.
 
 

La reserva está bien comunicada con Villahermosa, la capital tabasqueña, y es posible navegar el delta en excursiones de media jornada para conocer la riqueza biológica de los Pantanos de Centla. La referencia para ello es el centro de interpretación Uyotot-Ja o Centro del Agua. En el lugar, también conocido como Tres Brazos por la unión del Usumacinta, Grijalva y San Pedro, existe también una torre de observación ornitológica que supone una excelente toma de contacto para lo que seguro será una jornada ecoturística inolvidable en este sobresaliente humedal mexicano.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Lagos de Montebello



Un lugar con el terrible poder de atracción que ejerce en mí, como ya he comentado en algunas ocasiones, el agua en la naturaleza, y que además lleva en su nombre implícito el terreno montañoso y la belleza, prometía. En efecto, los Lagos de Montebello no me defraudaron. Me superaron.


 

Se trata del primer parque nacional de Chiapas (creado en 1959), la Reserva de la Biosfera de los Lagos de Montebello, cerca ya de Guatemala y a las puertas de la impenetrable selva lacandona. Es el principal conjunto lacustre de México, con más de 50 lagos y lagunas. A sólo cinco de ellas se accede por carretera (Esmeralda, la Encantada, Bosque Azul, Ensueño y Agua Tinta). Con estos nombres tan sugerentes ¿para qué seguir viendo más lagos? Pues porque a cada paso nos sorprende uno más bello que el anterior. A muchas otras lagunas se accede por pistas de tierra (ripio o terracería): Montebello, Pojoj, Cañada, y ya sobre la frontera, el mayor de todos los que se visitan, el lagoTziscao. A otros tantos lagos se accede por senderos.

 

Desde Tziscao las lagunas se asientan en tierras lacandonas y su acceso se complica sobremanera hasta el punto de que algunos de ellos son, de hecho, inaccesibles. Cualquiera de estas balsas de agua cautiva al visitante desde el primer momento. Colores inimaginables que crean nuevas tonalidades en la paleta de los azules y los verdes. La vegetación acuífera, el tipo de sustrato y la refracción de la luz hacen posible tal variedad cromática. Detrás de las lagunas, hacia el sureste, la inmensidad de la selva. La selva lacandona y el Petén forman una de las masas de bosque tropical húmedo más extensa e impenetrable de América.

Rodean a las lagunas bosques de encino y sobretodo un denso pinar, pero ¿qué son en realidad las cuencas donde se asientan las lagunas? Como no podía ser de otra manera y estando cerca de la península de Yucatán: cenotes.

 

Además de lagos el parque cuenta con cascadas como las cataratas del río Santo Domingo o el enorme lago Miramar y otras muchas bellezas que la naturaleza se resiste a mostrar envolviéndolas en el verdor de la selva.

Comitán de Domínguez es la población de referencia para acceder al parque nacional, que dista unos 60 kilómetros de esta ciudad.
 
 

domingo, 1 de enero de 2012

Cascada El Chiflón

El salto mayor de la Cascada El Chiflón mide 120 m.

En el estado mexicano de Chiapas la naturaleza cobra dimensiones mayúsculas. Un paraíso ecoturístico en pleno mundo Maya donde disfrutar de enclaves como el cañón del Sumidero, los lagos de Montebello, aparte de una selva tropical en magnífico estado de conservación. Bosque primario espectacular. Pero aparte del verde de la selva el agua es el elemento que preside la mayoría de atractivos naturales y ecoturísticos. Además de los mencionados cañón del Sumidero y lagos de Montebello, las cascadas y saltos de agua proliferan en el montañoso perfil orográfico de Chiapas. Las cascadas de Agua Azul o la cascada Misol-Ha probablemente sean las más afamadas pero hoy quiero dedicarle este post a la cascada El Chiflón Tzimol, cerca de Comitán. Se trata en realidad de varios saltos de agua del río San Vicente: El Suspiro, Ala de Ángel, Arcoiris, Quinceañera y el más espectacular de todos, el Velo de la Novia, con 120 metros de altura por los que se desploma el bravo curso de agua.

Mirador frente al Velo de la Novia.



Una serie de pasarelas permite situarse frente al velo de la Novia y sentir toda la fuerza de esta cascada. En la pasarela recibiréis en la cara las gotas del vapor de agua bajo el sonido estruendoso de la imponente caída.
Existe un centro ecoturístico y unas cabañas. Aquí os dejo un enlace por si queréis ampliar la información.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Isla Contoy, pequeño paraíso mexicano


En el caribe mexicano, aparte del turismo de Cancún y la Riviera Maya, existen lugares para perderse en contacto directo con la naturaleza. La deshabitada isla Contoy se encuentra en el límite del Golfo de México y el mar Caribe, siendo la isla más septentrional del caribe mexicano y el punto terminal del sistema arrecifal que bordea la costa oriental de la península de Yucatán. Es una isla pequeña y plana. Tan sólo mide poco más de 8 kilómetros de largo por una anchura que oscila desde los 20 metros hasta los 700 metros en su parte central. En tan poco terreno existe en cambio una gran biodiversidad de paisajes y ecosistemas, con preciosas playas arenosas, costa rocosa, tres lagunas interiores de agua salada, dunas, diferentes tipos de manglares, etc. Pocas veces dan para tanto 100 hectáreas de superficie.


Aunque existen diferentes especies de murciélago, la isla es muy relevante desde el punto de vista ornitológico con presencia de un centenar de especies de aves, la mayoría marinas y palustres. Isla Contoy alberga la colonia de pelícano gris más importante del este de México, una importante colonia de fragata magnífica (en la foto), garza gigante o cormorán. También es lugar importante de anidación del halcón peregrino y en verano del bobo de vientre blanco. Se trata del mayor santuario de aves del Caribe de México. Los reptiles tienen también un papel muy interesante; entre ellos la tortuga blanca, carey y caguama, que en verano llegan a sus playas a desovar.
Y debajo de toda esta variedad, la riqueza se multiplica hasta límites insospechados al sumergirnos en el arrecife de coral. El arrecife Ixlaché, al sur de la isla, marca el inicio de la segunda barrera de coral más grande del mundo: el Gran Arrecife Mesoamericano.


Como no podía ser menos isla Contoy es Reserva especial de la Biosfera y parque nacional. Se accede bajo cupos concertados desde Cancún, isla Mujeres y Puerto Juárez. La isla no tiene alojamiento pero guardaros un día para conocer esta grata sorpresa en la Riviera Maya.