jueves, 24 de febrero de 2011

Mamíferos y reptiles en Keoladeo Ghana

Hembra de sambar

En Keoladeo, al sur de Agra, no todo son aves. Por supuesto es un santuario ornitológico y un paraíso para el birdwatching pero existen en este parque nacional indio, un buen número de especies de mamíferos, anfibios y reptiles. A pesar de su reducido tamaño, en Keoladeo Ghana (Bharatpur) existen varios hábitats dentro de este ecosistema de gran humedal. Hay una buena parte del parque nacional que durante muchos meses al año –fuera de la época monzónica- no está encharcada, y sus bosques y praderas sirven de refugio a muchos animales. Las zonas limítrofes con el agua y por supuesto las zonas inundadas son por si mismo hábitat de otras muchas. Me refiero especialmente a las zonas oriental y meridional de este espacio natural protegido asiático. Lamentablemente no se ha vuelto a observar leopardo desde 1975 pero…



¿Qué podemos ver aparte de miles de aves?
Diferentes especies de antílopes (blue bull, el mayor antílope del subcontinente indio, sambar, black back, chital, etc.), gatos de jungla, hienas, coyotes, jabalíes, nutrias, tortugas de diferentes especies, macacos, cobras, boas y un buen número de anfibios.

Grupo de hembras de blue bull y garcillas bueyeras


¿Dónde?
En el caso de los mamíferos son buenas zonas Khola Dejar y las proximidades del canal Chiksana, al este del parque, Lal Payare y Deer park al sur y por supuesto en Phyton point, en la parte central, huelga decir qué especie de reptil es abundante…

Otro buen lugar para ver boas en su hábitat natural es Shanti Khoti, el mismo lugar que se recorre desde embarcación. Los guías conocen bien los lugares donde es más frecuente observarlas y no dudan en arrimarse a la orilla y acercarse caminando hasta ellas. También son abundantes en esta zona los macacos.

Macaco

jueves, 17 de febrero de 2011

Parque nacional Keoladeo, santuario de la avifauna en India

Painted storks

El parque nacional Keoladeo Ghana (también llamado Bharaptur) es el mejor espacio natural en India para observar aves. Está situado en Bharaptur y Fathepur Sikri (Rajasthan), cerca de Agra y el Taj Mahal y, como su vecina ciudad imperial, éste lugar también está declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO (patrimonio Natural en este caso; 1985).
Entre los más famosos habitantes de Keoladeo se encuentra la grulla siberiana (Grus leucogeranus), que llega hasta aquí en el invierno (unas pocas parejas convertidas en símbolo del parque). La mejor zona para verlas es zona encharcada y praderas situadas en la parte trasera del templo de Keoladeo.

Espátulas e ibis blancos.

Está declarado Santuario protegido desde 1971 y su origen está vinculado a cazadero real del Maharajá de Barapthur, quien así lo estableció en 1850. Desde mediados de junio hasta septiembre Keoladeo está anegado por las aguas que traen los monzones y durante el resto del año las oscilaciones en el nivel de superficie cubierta de agua varáin bastante. El parque es un humedal creado de forma natural por los ríos Gambhiri y Banganga, y de forma artificial por diversos canales.

Navegando por la zona de Shanti Kothi

Se ha convertido por méritos propios en uno de los principales lugares de birdwatching del mundo y con especial relevancia como lugar de referencia para las garzas: real, imperial, común, bueyera, blanca, martinete, etc, a las que acompañan nutridas poblaciones de pelícanos (blanco, gris, dálmata), 12 especies de ciconiformes (especialmente painted stork y espátulas), cormoranes (grande, pequeño e indio), aningas, flamencos, anátidas (23 especies), y un buen número de rapaces (41 especies), martín pescador (5 especies), aves forestales y pequeños pájaros. Por supuesto no faltan jacanas, limícolas y rállidos. En total más de 15.000 aves de 15 especies diferentes crían en los árboles de Keoladeo.

Grupo de fochas.
Cigüeña de cuello negro

La mejor época para visitarlo es el invierno y podemos hacerlo de tres maneras: a pie, en rickshaw y en barca. Lo mejor es combinar las tres opciones. Junto  a la entrada principal aguarda un buen número de guías dispuestos a acompañarte y llevarte en su rickshaw. Para aprovechar mejor el tiempo os recomiendo ir en rickshaw hasta el final del canal principal, donde está el pequeño templo de Keoladeo, y luego regresar hasta la entrada a pie para ir observando con calma las aves a ambos lados del camino. Podemos así disfrutar de las zonas encharcadas de: Manasarowar, Bakalaya, Sappan Mori y Shanti Kothi, donde se puede tomar un bote para llegar a los islotes en cuyos árboles anidan las cigüeñas. 1 día es suficiente para recorrer lo principal del parque nacional pero os aconsejo reservar al menos un par de jornadas en este santuario de vida salvaje en el subcontinente indio.
También abundan mamíferos y reptiles, lo dejo para el siguiente post.

El rickshaw es muy útil en este parque.

En el parque existen 5 especies de Martín Pescador.

martes, 15 de febrero de 2011

Oberoi Vanyavilas tents

Parque nacional Ranthambore, India


El hotel Oberoi Vanyavilas es lujo excepcional al servicio de los safaris fotográficos en busca de tigres en India.
Este hotel pertenece a la prestigiosa cadena Oberoi, una de las más lujosas del mundo y las que además, mejor transmiten esa sensación. Las habitaciones son tiendas de campaña decoradas y ambientadas con un gusto exquisito. El cuarto de baño, con una bañera con patas presidiendo la estancia, no tiene desperdicio. El servicio y atenciones son impecables.
No falta de nada en este alojamiento emplazado en el pueblo de Ranthambore, a veinte minutos de la entrada del parque nacional Ranthambore, en Rajasthán.


Lo peor son seguramente los guías y rastreadores para los safaris debido a su falta de preparación y educación ambiental, pues son muy ruidosos. La propina desgraciadamente les pierde; algo que unido a su falta de educación ambiental me hizo vivir uno de los momentos más lamentables en mis safaris fotográficos. Todo vale, especialmente cuando llegan al lugar más vehículos. Maniobras bruscas, tocar el pito del coche, incluso hasta pequeños choques entre vehículos con tal de ganarse la butaca de tribuna cuando se localiza un tigre. Son muy buenos rastreadores, eso si, pues el tigre es de las especies que requieren un buen rastreo para localizarlo.



Pero de regreso a este hotel de impresionantes tents y dependencias interiores estilo “palacio de campo”, no tengo palabras para describir lo que uno siente tumbado al sol en la piscina o tomando una copa junto a la hoguera por la noche, cuando la temperatura cae drásticamente. El lujo asiático, vamos.

Éstas son mis valoraciones:

Situación: 8
Accesos: 7
Tranquilidad: 8
Arquitectura: 8
Ambiente: 10
Habitaciones: 10
Zonas comunes: 8
Gastronomía: 5
Servicio: 9
Servicio guías: 2
Integración Naturaleza: 8

Valoración general: 8-9


sábado, 12 de febrero de 2011

Parque nacional Ranthambore, territorio de tigres


Kaziranga, Corbett y Ranthambore son seguramente los tres parques nacionales de la India por excelencia. El primero es famoso por sus rinocerontes indios, pues alberga un millar de ejemplares en la que se considera es la principal población de este amenazado animal. Corbett y Ranthambore se vinculan al tigre.
Corbett fue el primer parque nacional del país y el lugar de implantación del proyecto Tigre. Se encuentra a los pies del Himalaya y cuenta además con interesante fauna como el elefante asiático –algunos ejemplares domesticados son empleados para realizar safaris fotográficos en busca del tigre-, el chital (foto arriba) y el sambar, el búfalo indio o el gavial del Ganges. Aunque en Nepal, os dejo un par de post sobre safaris en elefante y el gavial.



Pero si un parque se identifica como pocos con la imagen del tigre de Bengala, ese es el parque nacional Ranthambhore, en el Rajasthan. El parque está vinculado a la realeza india desde tiempos ancestrales pues en origen fue un coto privado de caza del maharajá de Jaipur aprovechando la enorme riqueza faunística que la colina de Ranthambore albergaba en un entorno eminentemente desértico. Los tigres se cazaron por miles como preciados trofeos y actualmente la población casi ha desaparecido presa, en esta ocasión, del furtivismo a pesar de contar con las figuras de parque nacional, la UNESCO y ser pieza angular del Proyecto Tigre. Es un parque de reducidas dimensiones (392 km cuadrados) y muy gratificante para los safaris fotográficos pues aparte del tigre, se observan leopardo, sambar, chital, oso de Sloth, monos langures, cocodrilos, lagartos monitor y una vasta lista de aves (264 especies), entre los que se encuentra el colorido pavo real en libertad.
Se ofrecen safaris en 4x4 y en pequeños camiones 4x4 descubiertos. Si vais en busca del tigre hacedlo entre noviembre y abril. Un consejo es evitar los meses de mayo y junio pues el calor puede ser mortal. En verano el parque permanece cerrado. En invierno el safari de mañana es gélido (hasta que sale el sol…). Disfrutadlo.
Os dejo también con un par de fotos de tigre. Una como maestro del camuflaje.

Un verdadero maestro del camuflaje.

martes, 8 de febrero de 2011

El campamento de los elefantes


Una foto antes de retirarse prudentemente...


Fue mi primer contacto con el África negra. Después han seguido muchos otros –víctima sin cura del Mal de África- pero éste fue el primero y como tal, lo recuerdo bien y muy gratamente. Había estado con anterioridad en África pero siempre en países árabes, en África presahariana. La llegada a Tanzania fue fruto de lo que iban a ser unas relajadas vacaciones en Zanzíbar sin pisar el continente, pero esa es otra historia que por cierto siempre agradeceré a Nuria y la empresa Kibo.
Unas horas después de aterrizar en Zanzíbar, gracias a ella, volaba hacia Arusha para continuar por tierra a Sinya. Era el lugar, a las faldas del Kilimanjaro, del que Nuria me hablaba maravillas. La primera vez que uno piensa en venir a Tanzania sus deseos se centran en los grandes parques como Serengeti y Ngorongoro. Sinya no venía ni en el mapa, así que la cosa prometía. Son de esos sitios que sin verlos me gustan. Allí se encuentra Kambi ya Tembo (el campamento del elefante). Se trata de un campamento ecoturístico a los pies del Kilimanjaro gestionado de forma sostenible junto a la comunidad masai local y donde viven –doy fe- los ejemplares de elefante africano de mayor tamaño. Nuestro anfitrión, Kipululi ejerció además de guía en el safari a pie. Cuando uno camina en esta sabana espera ver jirafas, cebras, impalas, acacias, etc., pero de los gigantescos paquidermos mejor sólo de cerca… las huellas. Estábamos en su campamento, en su casa, así que ya se encargarían ellos de venir a visitarnos e invitarnos a salir de las tiendas –sin perder ocasión eso si de sacarnos una foto del inolvidable momento en el que acudieron en manada al campamento-. Los elefantes se mueven cada jornada en busca de agua para saciar su sed de 100 litros diarios y, como era época seca, supongo que los cubos de agua para la ducha situados encima de cada tienda suponían un auténtico caramelo.
Que gran momento. Sinya es contacto directo con la naturaleza africana. Sin tapujos. Sin las aglomeraciones de coches de los grandes parques nacionales. Una delicia vamos.

lunes, 7 de febrero de 2011

Un naturalista y otras bestias


Quiero comenzar la semana recomendando un buen libro. Para ello inauguro sección del blog dedicada a libros y guías que os ayudarán a descubriri paraísos del mundo y autores o historias vinculadas a la vida salvaje. Comienzo pues con este interesante libro, que es de esos que se devoran de una sentada. Altair (colección Heterodoxos) acaba de publicar el libro de George B. Schaller “Un naturalista y otras bestias” con los relatos de una vida salvaje, la del autor, que tras cincuenta años en activo ha vivido experiencias y estudios de campo en todos los continentes. A este alemán, vicepresidente de la Wildlife Conservation Society de Nueva York, se debe la creación de varios parques nacionales y áreas protegidas en diferentes rincones del planeta. Como biólogo de campo fue pionero en estudios sobre la migración del caribú en Alaska, los gorilas de montaña, el oso panda, el jaguar, el tigre, el león, la cabra azul del Himalaya o el leopardo de las nieves. Todas esas vivencias las relata en este libro. Un libro indispensable de uno de los grandes naturalistas de nuestro tiempo al que la Nacional Geographic Society dedicó el reportaje Nature’s Greatest Defender.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Safari a pie con leones

El autor en pleno safari

No resulta fácil describir lo que se siente caminando junto a cuatro leones en plena sabana africana. O si: mucha emoción, adrenalina y un cúmulo de sensaciones únicas. En la lista de no pocas experiencias que he tenido ocasión de vivir en plena naturaleza (afortunado sin duda) puedo confesaros que esta es la más excitante que he vivido nunca. Podría catalogarlo como un safari… bestial.

Alguna vez he comentado en alguno de mis blogs la emoción que siempre ha despertado en mi y que lo continúa haciendo ver una fotografía y pensar o soñar que algún día yo estaría allí para verlo en directo. Normalmente me ha pasado con paisajes, monumentos; incluso he organizado mis vacaciones o viajes a un país a partir de un lugar que he visto en una foto ¿no os ha pasado nunca? En esta ocasión viví algo de eso aunque “de rebote”…

El comportamiento y las medidas de seguridad son fundamentales

Al aterrizar en el pequeño aeropuerto de Victoria Falls, en Zimbabwe, mientras espero la cola de migración, varias fotos decoran la rústica sala de llegadas. En una de ellas se aprecia una persona tocando un león como si fueran amigos de toda la vida. African Encounter, rezaba abajo. Desde luego era el encuentro africano que siempre había soñado. Sin pensarlo dos veces le dije al guía que yo quería ser “el de la foto” así que esa misma tarde pude vivir sin duda la experiencia en la naturaleza más increíble que he tenido ocasión de realizar hasta ahora. Si había estado con las orcas en pleno Ártico noruego ¿por qué no darse un paseo con leones? Dicho y hecho.

Pasaron a recogerme al hotel a primera hora de la tarde y me llevaron a la reserva donde se realiza la actividad de encuentro con leones, a unos veinte minutos de la población de Victoria Falls. En primer lugar, como no podía ser menos, una exhaustiva explicación de las normas de seguridad, de la filosofía de la empresa (ong) que gestiona la experiencia y de cómo hemos de comportarnos cuando estemos frente a frente con los leones. Por no extenderme mucho, básicamente se centra en no mirarles a los ojos fijamente ni “aguantarles la mirada” para no “retar” su dominancia, no interrumpirles el paso y no soltar el palito que nos dieron (la fina vara que llevo en la mano y que se aprecia en la foto que abre el post). Os cuento.

Tres de los cuatro leones de la manada y el ranger que nos acompañó.

Al tratarse de un safari a pie iremos caminando junto a los leones en su habitual paseo por la sabana. Los que dicen por dónde ir son ellos, no nosotros, así que como líderes de la particular mandada de leones y humanos, ellos marcan el paso y ellos van primero. No podemos caminar delante de ellos, ni entorpecerles el camino para no molestarles. Desde luego, mejor no probar…

¿Y lo del palito? Pues según el guía al llevar el pequeño palo -que más sirve de mondadientes al león después de devorarme, pensé, que de cualquier otra cosa- el animal lo reconoce como una extensión del brazo y se detiene en caso de encararse conmigo. Una vez más, y esta vez si que no me cabe duda, mejor no probarlo…  El safari a pie con leones se realiza en las inmediaciones de Victoria Falls, en el parque nacional (también en el lado de Zambia). Se realiza a diario en dos grupos de 10 personas máximo y acompañados por rangers armados. Se establecen dos turnos: mañana y tarde para respetar el comportamiento de los animales. El importe está en torno a 125 dólares/pax, pero existen diferentes opciones de vivencias con cachorros, etc. que son algo más económicas. También la posibilidad de combinarlos.

Un momento de la interacción con los leones.

En mi grupo éramos ocho y supongo que gracias a que una vez tengo decidido realizar la experiencia (como en casos parecidos) el temor desaparece (o quizá la emoción lo neutraliza), allí estaba yo el primero en la fila, al frente de la “manada de humanos”.
Después de la charla previa, el paseo como tal dura aproximadamente una hora. He de confesar que me pareció un minuto. Primero hemos de ir al encuentro de los leones que normalmente descansan bajo la sombra de algún árbol o metidos en algún arbusto. Una vez encontrados (alguno de ellos costó algo más), es tiempo de familiarizarse. Más bien de que ellos se familiaricen con nosotros. Un breve contacto visual y comenzamos el paseo. Durante el safari a pie pudimos observar alguna gacela, algún jabalí verrugoso e incluso un pequeño grupo de cebras, pero la verdad que la fauna a avistar es lo de menos en este caso. La atención, nunca mejor dicho, se centra en los cuatro leones que me acompañan.
!!Absolutamente inolvidable¡¡.