jueves, 31 de mayo de 2012

Los mogotes del Valle de Viñales

Panorámica desde el mirador de los Jazmines

Viñales es un pequeño pueblo del oeste de Cuba que ha visto como poco a poco pasean por sus calles, realmente su única calle principal, cada vez más visitantes. La zona es la mejor para las plantaciones de tabaco y la elaboración de los más reconocidos puros habanos (Pinar del Río), pero el mayor atractivo de Viñales se encuentra en el entorno, en el valle y sus características formaciones de mogotes.

Zopilote cabecirrojo sobrevolando el valle.
El valle de Viñales es en mi opinión el valle más bello de Cuba. No debo ser el único en pensar así ya que en el año 1977 fue declarado Monumento Nacional, veinte años después la Unesco lo reconoció como Patrimonio de la Humanidad (1999) y tan sólo un par de años después el gobierno cubano lo integró en su red principal de espacios naturales protegidos como Parque Nacional de Viñales.

El parque es una magnífica representación de karst.
Se trata de un parque nacional eminentemente geológico donde se concentran las formaciones montañosas más antiguas del país. Su morfología kárstica es particularmente bella y forma un paisaje espectacular. Al asomarme al mirador de los Jazmines, el tremendo paisaje me recuerda a otros que he contemplado en Puerto Rico y en China (Guilin). Me refiero a los mogotes. Son montañas con forma de torre o cónicas que emergen del sustrato con una fuerza y verdor sin parangón. El mirador se encuentra a 175 km de La Habana, tras dos horas y media de viaje por buena carretera.

Macho de lagartija de mogote.
Secadero de tabaco entre los mogotes.
Estas singulares montañas de la sierra de los Órganos datan del Jurásico-Cretácico y técnicamente constituyen uno de los mejores exponentes de carso tropical residual de montañas. Un magnífico ejemplo de erosión kárstica del agua sobre la roca caliza manifestado en montañas bajas, poljas marginales o de contacto, cavernas, valles fluvio-kársticos, dolinas interiores y campos de lapiaz.

La flora y la fauna del valle no le van a la zaga en importancia y espectacularidad con un alto porcentaje de endemismos bien protegidos por la inaccesibilidad.

Existen 660 especies de flora de las cuales 150 sin endemismos cubanos y 60 sólo existen en estos mogotes. Destacan la palma corcho, el pino macho, el pino hembra, el encino, la mazorquilla, etc.



En el reino animal destacan los invertebrados, anfibios, reptiles y aves. El ave nacional de Cuba, el Tocororo, vuela en el valle de Viñales junto a otras 70 especies de aves.
El Mural de la Prehistoria.

La mejor forma de conocer el valle de Viñales (formado en realidad por pequeños valles) es caminando. Existen diferentes senderos que conducen o bordean los principales mogotes: el sendero de Cocosolo-Palmarito bordea el mogote El Valle y el mogote Dos Hermanas, el sendero San Vicente-Ancón recorre el valle de Ancón, el sendero de las Maravillas de Viñales, etc.



Además de la belleza paisajística de los mogotes, quizá el mayor interés se encuentre en sus entrañas, repletas de cuevas, sumideros y cursos de agua. Un mundo subterráneo de sistemas cavernarios al que entraré el próximo día.

viernes, 18 de mayo de 2012

Cosas de gálagos y ginetas

Una de las ginetas no pierde detalle de los gálagos.

Durante el día, a lo largo de un safari, la sabana africana se muestra espectacular y depara momentos fotográficos inolvidables: las grandes manadas de herbívoros, los felinos dormitando bajo los arbustos refugiados del calor, los elefantes avanzando en fila hacia el río… pero durante la noche la actividad animal es, si cabe, mayor. Una parte de la fauna descansa, o al menos trata de hacerlo, bajo el temor de sentirse presa de otra buena parte de la fauna. Es la hora bruja para los leopardos, los leones, las hienas, los chacales… también el momento de actividad para muchos otros animales como la civeta africana o la gineta.

La semana pasada, de regreso al lodge en Tanzania, dos leopardos que se cruzaron en la pista con las últimas luces de la tarde (más bien las primeras sombras de la noche), me avanzaban que la noche prometía en encuentros. Y así fue. En las inmediaciones del Lodge, mientras otros huéspedes cenaban, yo disfrutaba de una escena inusual para mis ojos: la relación entre los gálagos y las ginetas. Los primeros son unos primates nocturnos que se alimentan de insectos, frutas, etc. y las segundas unas carnívoras nocturnas que se alimentan, si pueden, de los primeros. El grupo de gálagos estaba integrado por unos 6-8 ejemplares entre los que se encontraba una cría que había sido elegida esa noche como plato principal por la gineta. Pasé un buen rato observando a los gálagos. La cría también se alimentaba de fruta entre las ramas más bajas. De pronto una gineta, a unos 20 metros comienza su maniobra de aproximación hacia la cría. Uno de los adultos, al ver a la gineta, se acercó a ella e incluso la atacó. Ésta salió corriendo y al poco regresó con refuerzos. Allí estaban los 8 gálagos, que ahora habían cambiado de árbol, emplazados en la parte superior de la copa –seguramente en el mismo lugar donde al final de la noche se reúnen para dormir- y abajo sin perder detalle… no una gineta –con la complicación que su observación siempre depara- sino tres. Una pareja de adultos y un joven.

Tal era la fijación de ambas especies por vigilarse que no me impidieron hacer las fotos que ilustran el post de hoy.

Dos gálagos... también vigilantes.

El final de la historia lamentablemente no os lo puedo contar, así estuvimos los tres –gálagos, ginetas y yo- un buen rato hasta que el cuerpo, sin ánimos de progreso por parte de los primeros, me recordó que era demasiado tarde y que a las cinco debía estar de nuevo en pie para otro nuevo safari…

sábado, 5 de mayo de 2012

Kibale, un bosque muy mono

Mono de cola roja.

Kibale es un salto en el tiempo. Pasear por el interior de este bosque tropical, con algunos vastos retazos de selva primaria, es un paréntesis mental importante y agradecido para el ritmo de vida que solemos llevar a diario. Es un bosque lluvioso repleto de aves a insectos como otros muchos pero éste, emplazado a 45 minutos de Fort Portal, en Uganda, tiene algo diferente. Mientras caminaba sólo oía aullidos simiescos, veía sombras moverse a toda velocidad por las ramas. Kibale es probablemente el mejor bosque del mundo para ver primates.
Colobo blanco y negro.

Mono gris.

Los chimpancés son la referencia y lo que ha dado fama mundial al parque nacional Kibale forest. Ya dediqué un post a las excursiones que se organizan para ir a ver chimpancés, pero en Kibale viven 14 especies diferentes de primates: chimpancé, mono L’hoest, mono de cola roja, mono vervet, mono azul, babuino oliva, mono de Brazza, mangabey de mejillas grises, colobo negro y blanco, colobo de Angola, colobo Guereza, y los nocturnos potto de Bosman, gálago de Demidoff y gálago garra de aguja.

Colobo rojo, símbolo de Bigodi Swamp.

Grupo de babuinos al borde del camino.

¿Cómo observarlos? Es sencillo, simplemente paseando. Se observan con facilidad, casi con más facilidad que las aves… y se puede hacer bien en el propio itinerario de observación de chimpancés o bien paseando por la porción de bosque que rodea el pequeño humedal Bigodi Swamp, a veinte minutos en coche del centro de visitantes de Kibale. Bigodi Swamp es un paraíso ornitológico –con el gran turaco azul como estandarte-, pero es además un lugar donde los monos proliferan, si cabe, más que en el sendero de los chimpancés. Especialmente abundante y fáciles de ver en Bigodi son los monos grises, los colobos blancos y negros y los monos de cola roja. Con suerte la presencia esporádica de algún chimpancé.


martes, 1 de mayo de 2012

Ras Mohammed, la joya del mar Rojo


En el parque nacional Ras Mohammed el agua es roja, amarilla, verde, naranja, azul… de infinidad de colores. Ése es el espectro cromático que uno observa cuando sumerge la cabeza bajo el agua de este parque nacional egipcio. Los colores se corresponden a los miles de peces e invertebrados que se arremolinan en torno al arrecife de coral del mar Rojo. Condrictios y Oesteictios de todos los tamaños y colores. Nudibranquios, estrellas, corales y anémonas de cromatismos irreales… Para muchos buceadores se trata del mejor fondo marino del planeta. Si no se es buceador, sólo con meter la cabeza bajo el agua provisto de gafas y tubo es suficiente para comprobarlo. ¡Absolutamente impresionante! La pena es que ese día no tenía una cámara submarina conmigo para acompañar este post. Haced una prueba y buscad en imágenes de Google poniendo Red Sea



Ras Mohammed es un parque nacional marítimo (345 km cuadrados) - terrestre (135 km. cuadrados) de suma importancia y ubicado en el extremo sur de la península del Sinaí, muy cerca de Sharm el Sheik. A la riqueza de sus fondos marinos y el arrecife de coral con miles de especies, se une su importancia terrestre como hábitat de diferentes especies (el agama del Sinaí y otros reptiles), y aves residentes como el águila pescadora y sobre todo, como enclave estratégico para las aves migradoras. Resultan llamativos los bandos de cigüeña blanca que llegan a concentrarse en las playas para descansar antes y después de cruzar el mar.


La visita al parque nacional puede ocupar una jornada inolvidable combinando un baño en el arrecife de coral para disfrutar del snorkelling y un recorrido terrestre para contemplar los paisajes de esta porción protegida del desierto bereber del Sinaí.


Se organizan excursiones en vehículos 4x4 para conocer el parque nacional. Personalmente creo que las paradas imprescindibles en una jornada de visita al sector sur, el principal y más espectacular, serían: las playas de Yolanda Bay y Hidden Bay, desde ambas se llega caminando con el agua por el tobillo hasta el abismo del arrecife de coral, y desde tierra con paradas en el mirador de las playas, el lago salino. Llegar por tierra hasta el mirador de las playas –junto a Yolanda Bay- implica atravesar los mejores paisajes del parque.