Los cráteres silvestres son
parada obligada en la visita al volcán Etna. Son referencia por encontrarse a
apenas 500 metros
del refugio Sapienza. El citado
refugio es la base para la subida al cráter del volcán. Mejor dicho a parte del
grupo de los cráteres del sur. A la cota 2.900 metros de
altitud.
Junto al refugio está la estación del funicular y frente al refugio,
al otro lado de la carretera, una procesión de tiendas y restaurantes. Una
larga recta de la carretera lleva hasta el conjunto de cráteres.
Los cráteres se encuentran a 1.986 metros de
altitud y llaman la atención por sus formas de cono perfecto con cráteres
circulares asolados en algunas zonas por la erupción de julio de 2001. Existe
una serie de senderos que suben hasta la cima de los cráteres e incluso se
adentran por su interior. Algunos de estos senderos son simples asomos, muy
accesibles para todo el mundo, de forma que será raro poder disfrutar en
solitario de la belleza que no obstante tienen estos edificios volcánicos.
Seguramente la fotografía más buscada y preciada es la alfombra de
flores que crecen en primavera y verano en las laderas del volcán hasta los
2.100-2.200 metros
de altitud. Un toque de color rosa espectacular entre en un suelo de
piroclastos multicolores, con dominancia del rojo y el negro.
La belleza de la estampa se refuerza con la presencia de la parte
superior del Etna como cercano telón de fondo.
Abundan los endemismos florales, más importantes cuanta mayor altura
(saponaria, artemisia, violeta del Etna, etc.).
Maestro del camuflaje. |
Los cráteres son visita obligada e incluso objetivo único para muchos
visitantes que deciden no acometer la subida en funicular sino tener un
contacto cara a cara con el lapilli sin pasar de los 2.000 metros de
altitud.
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