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Salida de la cueva del Indio. |
Los mogotes por dentro son
como los quesos gruyere, una gran roca porosa repleta de oquedades. La densa
vegetación que envuelve la superficie exterior, una selva de palmeras, no es
óbice para evitar que la lluvia, que en esta zona del país cuando cae… cae, se
filtre al interior de la montaña. Dicen los lugareños que cuando llega la
lluvia, dentro del mogote llueve más que fuera. Y no les falta razón. La
porosidad de la roca caliza hace que el agua la moldee a su antojo creando
sistemas cavernarios impresionantes, con cuevas, grutas y simas de notable
interés. Entre ellos algunos de los sistemas de este tipo más importantes de Cuba. En el parque nacional Viñales destaca la Gran Caverna de Santo Tomás (46 km.), el Sistema
Palmarito-Novillo-Pan de Azúcar (48
km.), el Sistema cavernario de Guasasa (15 km.) o el de San Vicente (6 km.). La mayoría sólo apto
para espeleólogos.
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las estalagtitas y estalagmitas abundan en el interior. |
Algunos mogotes tienen tanta agua que de hecho están atravesados en su
interior por un río. Las cuevas se originan por el río que discurre
transversalmente en una polja marginal, formada por el contacto entre una roca
caliza y otra dura (pizarra y esquistos). Los ríos entran en la montaña por
fracturas preexistentes en la roca y la recorren hasta salir por el lado
opuesto.
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Navegando por el río interior. |
Tal es el caso de la cueva del
Indio, la principal cueva turística del valle de Viñales. Una cueva a la
que se entra caminando y de la que se sale navegando. La cueva está a cinco
minutos del pueblo de Viñales, en medio de un paisaje espectacular de mogotes.
Nada salvo el restaurante ubicado a su entrada hace pensar que allí hay una
cueva. La visita no dura más de 25 minutos. Consiste en un corto recorrido a
pie de 200 metros
entre estalactitas y estalagmitas. No es una cueva asfixiante y se puede
caminar de pie sin problema. El sendero acaba en un pequeño embarcadero
interior donde se toma un bote que recorre el río hasta la base de una cascada
primero y hasta la salida después. En total unos 500 metros en barca (14
pax por barca) que no llevan más de 10 minutos. Durante el trayecto se juega a
buscar y adivinar formas en la pared: la botella de champán, el cocodrilo, el
cerdo boca abajo, la calavera, las tres barcas de Colón… algunas con más
acierto que otras. La imaginación es libre.
Cuando llueve mucho la cueva se cierra pues el nivel del agua sube
rápidamente lo que puede imposibilitar la salida por el río. Mejor ir a primera
hora de la mañana pues se suelen formar colas en el interior de la cueva cuando
llegan los grupos de turistas a partir de las 11 de la mañana. Se recomienda
calzado cómodo y cuidado con los posibles resbalones si el suelo está húmedo.
Es una cueva muy fácil y apta para todo el mundo.
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Sendero por el interior de la cueva. |
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