domingo, 8 de febrero de 2015

Con los Albatros de las Galápagos

Con sus 240 centímetros de envergadura alar, y sus inconfundibles pico amarillo intenso y nuca de color marfil, el albatros de Galápagos es uno de los endemismos más emblemáticos en las islas de los endemismos por excelencia.

El albatros de Galápagos u ondeado (Phoebastria irrorata) es una ave marina que sólo toca tierra para anidar y lo hace durante el verano en la isla de La Española, en las islas Galápagos orientales. Hasta allí me fui hace unos años para observarlo por primera vez. Entre diciembre y marzo los albatros de Galápagos vuelan sin cesar llegando hasta las costas continentales peruanas. La mayor de las aves de estas islas ecuatorianas ha elegido para criar la que probablemente sea una de las islas más bellas: Española. Cuenta con una población de algo más de 20.000 individuos. El terreno irregular de la isla presenta los acantilados con la altura necesaria para que los enormes albatros realicen su carrera antes de lanzarse e iniciar su vuelo. Cuando se posa en mar abierto para comer despega “a la carrera” moviendo las alas incesantemente hasta alcanzar la velocidad que le permita alzar sus 4 kilogramos de peso.

En la isla Española, el enclave para observarlos es Punta Suárez. Abril es el mes del cortejo, de la batalla de espadas con sus picos cual elegantes maestros de esgrima. Cuando los niveles de alimento disponible en el mar son óptimos gracias a las corrientes cálidas procedentes de Centroamérica, entre junio y noviembre, tiene lugar la cría. Los primeros pollos ven la luz en julio y comienzan sus prácticas de vuelo en septiembre y octubre. En diciembre, los Airbus A380 de las aves marinas, despegan hacia las aguas oceánicas.
Sin salirse del sendero que recorre la colonia de cría de aves, como siempre que se visita cualquier enclave de las Galápagos, y sin exceder las dos horas que suponen el tiempo máximo de estancia en tierra (algo por lo que velan escrupulosamente los guías naturalistas del parque nacional) el contacto con las aves es directo y muy cercano. Embelesador.

Punta Suárez y Bahía Gardner, tan diferentes y espectaculares son los dos enclaves de desembarco y visita en Española. Los visitantes que, como yo, a bordo de un crucero, llegan a Española a disfrutar de una jornada de campo inolvidable nunca salen defraudados. A buen seguro que así es, entre albatros, piqueros, gaviotas, etc. en los acantilados de Punta Suárez y lobos marinos, tortugas marinas y pinzones de Darwin en las blancas arenas de una de las bahías más hermosas del mundo.

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