Así de sugerente es el nombre de este recorrido por uno de los cuatro valles que conforman el actual parque nacional de Ordesa y Monte Perdido. La Garganta de Escuaín es probablemente el mejor lugar de la península Ibérica –y uno de los mejores spots de birdwatching en el mundo- para la observación del Quebrantahuesos. Para ello lo mejor es realizar el corto sendero conocido como Ruta de los Miradores de Revilla. Apenas 45 minutos de recorrido a pie para acceder al estratégico balcón natural emplazado frente al barranco de Angonés y colgado sobre el río Yaga.
En estas laderas meridionales de la sierra de las Sucas se ha llegado a observar más de la mitad de la población ibérica de Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus), la mayor de las rapaces europeas. El quebrantahuesos, única ave osteófaga de cuantas existen en el planeta, alcanza su madurez a los 6-7 años de vida cuando adquiere en pleno apogeo su característico y vistoso plumaje naranja con negro dorsal y blanquecino ventral. A buen seguro observaremos también los individuos más jóvenes –plumaje negro- y los subadultos, con tonos más pardos que apuntan al naranja. Con algo de suerte podemos completar el trío de buitres –alimoches y buitres leonados, además del propio quebrantahuesos- y otro buen número de rapaces como el águila culebrera, águila real, halcón peregrino, ratonero común o el milano real. Una cita ineludible con la naturaleza de primer orden.
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