lunes, 1 de noviembre de 2010

Parque nacional Canaima


A Canaima llegué no por casualidad pero si de una forma casi inesperada. Poco o nada había leído sobre la zona antes de llegar y una vez aquí os aseguro que es uno de esos sitios de los que cuesta marcharse. Todavía hoy, casi 8 años después sin parar de viajar por la naturaleza de este mundo, he encontrado pocos lugares que le hagan sombra. Cada vez que escribo algo sobre Canaima se despierta en mí un sentimiento de nostalgia de difícil mitigación y que llevaré latente de por vida.

El parque nacional Canaima se encuentra en la vasta región de la Gran Sabana venezolana, al sur del Orinoco. Sus 30.000 kilómetros cuadrados le convierten en el sexto mayor del mundo en extensión, lindando con Guyana y Brasil. Geográficamente se encuentra en el escudo Guayanés y está considerado el suelo más antiguo del planeta. Se trata de grandes extensiones de hierba y selva, por las que fluyen un buen número de ríos y de la que emergen sus formaciones más emblemáticas: los tepuyes.
Los tepuyes son montañas de cima plana que se elevan hasta casi 3.000 metros los más altos (el monte Roraima con 2.800 metros) y que se caracterizan por la verticalidad de sus laderas rocosas. Son algo así como inmensas tartas que salieron de la selva hace 3.000 millones de años.


Pero el otro gran atractivo natural de Canaima son las cascadas y cataratas. Algunas se encuentran en el curso de ríos y arroyos, otras en la cabecera de lagunas y otros, los más altos y espectaculares, se descuelgan al vacío desde las cimas planas de los tepuyes. Entre estos últimos se encuentran dos de las cuatro cascadas más altas del mundo. La primera en el podium, con 979 metros de interminable caída: el Salto Angel. La otra es el Churun meru, con más de 700 metros.

Es territorio de un sinfín de especies de aves, reptiles y mariposas, pero también del jaguar, el rey de la selva en estas latitudes. También pumas, armadillos gigantes, osos hormigueros, perezoso de dos dedos, etc. El parque nacional cuenta con un elevadísimo número de endemismos de flora y fauna -más de 300 en la Gran Sabana-, muchos de ellos en las inaccesibles y aisladas cimas de los tepuyes que siguen incomunicados después de miles de años y que ha evolucionado como mundos aparte, tanto es así que cada montaña tiene sus propios endemismos, especies que sólo se pueden encontrar allí. 


Son varias las formas de visitar y adentrarse en la Gran Sabana, teniendo Puerto Ordaz, Ciudad Bolívar, Santa Elena y Canaima como vías aéreas de entrada. En Canaima hay bastante oferta de empresas locales de ecoturismo y aventura en las que se pueden contratar diferentes tours.

 
Existen cuatro visitas que os recomiendo por encima del resto y que os contaré en sucesivos post: dos expediciones de trekking y una expedición fluvial, aparte de la navegación y visita de las cascadas de la laguna de Canaima. Las expediciones de trekking son por una parte la que asciende hasta la cumbre del Roraima tepui –el más alto- y la segunda la que asciende hasta el Auyán tepui –el mayor de los tepuyes-.  La expedición fluvial lleva hasta la base del Salto Angel. Otra excursión indispensable y más breve es el sobrevuelo panorámico del Salto Angel.
Otros lugares de interés en este mundo perdido declarado Patrimonio de la Humanidad en 1994 son la Quebrada de Jaspe y las grutas de Kavac, un mundo perdido –el de Arthur Conan Doyle que basó aquí su novela- que no deja indiferente a nadie.

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