Hoy comienzo una serie de post con gran emoción sobre uno de los lugares más imponentes del planeta: Las Cataratas Victoria. Os acercaré hasta ellas en su orilla de Zambia y la de Zimbabwe para compartir con vosotros este paraíso del mundo tal y como he tenido la fortuna de visitar en 6 ocasiones... y espero que algunas más.
Abro la serie en la vertiente de Zambia y desde las alturas, en un helicóptero. Pocas veces un nombre de una excursión turística se ajusta tanto a lo que ofrece. El Vuelo de los Ángeles es, efectivamente, lo que se siente cuando uno decide (previo pago de unos 120 dólares) subirse a uno de los helicópteros que realizan vuelos panorámicos sobrevolando las Cataratas Victoria entre Zambia y Zimbabwe. La experiencia dura unos 12-13 minutos pero nunca han estado mejor invertidos 10 dólares por minuto. El sobrevuelo incluye acompañar al río Zambeze corriente abajo hasta la enorme falla del terreno por la que se desploma formando el salto de agua más grande del mundo. No el más alto (100 metros ), pero si el más grande (ancho). En ningún otro lado del planeta se origina una cortina de agua de 1.708 metros de anchura ininterrumpida. Iguazú cuenta con muchas más cascadas pero no posee ninguna de ellas de esas dimensiones. Estamos pues en la mayor catarata del mundo.
Tal volumen de agua genera al final de la época de lluvias, en mayo, un caudal de más de 500 millones de litros de agua ¡¡por segundo!!. La columna de vapor de agua que levanta y que le valió el bautizo con el nombre de mosi oa tunya (“la humareda que ruge”), que es como los habitantes locales se referían a ella cuando Livingstone llegó a estas tierras en su primera expedición en 1855, supera los 1.000 metros de altura.
El sobrevuelo de las Cataratas también se ofrece ultraligero (el precio es el doble). En las Cataratas Victoria también se ofrecen diferentes tipos de safari en torno al río Zambeze y sus orillas tanto en Zambia como en Zimbabwe –de los que daré buena cuenta en otros post-, pero en la vertiente de Zimbabwe se ofrece otra interesante actividad –naturaleza y adrenalina jamás han ido tan unidas- que como experiencia personal es el safari más inolvidable de mi vida…, también os lo contaré en breve. Sorpresa.
Ese rugido es inolvidable.
ResponderEliminar....absolutamente..... Mágico. saludos Diana
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