Mirador en el salto del Arco Iris. Zambia |
Después de la extraordinaria visión de conjunto de las cataratas y la experiencia del helicóptero, las mejores panorámicas de los saltos de agua se disfrutan, como no puede ser menos, con los pies en la tierra, situándonos frente al sonoro espectáculo.
Para ello existe un sendero que recorre de lado a lado las cataratas en su parte meridional, enfrente de la brecha. En realidad son dos senderos, uno accesible desde la parte de Zimbabwe y otro desde la vertiente de Zambia. Al pertenecer a diferentes países se trata también de distintos espacios naturales protegidos. En realidad el área es similar pero se llama Parque nacional Vitoria Falls (Zimbabwe) y Parque nacional Mosi oa tunya (Zambia). Ambas engloban su lado de las Cataratas Victoria si bien la primera se prolonga aguas abajo y la segunda aguas arriba.
En total aproximadamente 2 kilómetros de sendero con miradores para el que debemos emplear un par de horas en el lado de Zimbabwe y una hora en Zambia. A pesar de lo que pueda parecer, la catarata tiene una caída horizontal hacia Zimbabwe casi inapreciable pero suficiente para que fuera de época de lluvias (septiembre a diciembre) el lado de Zambia puede llegar casi a secarse.
Salto principal desde Zimbabwe |
El acceso a la senda de Zimbabwe se realiza desde la localidad de Victoria Falls y comienza al pie de la margen derecha natural del río Zambezi, en el mismo lugar en el que existe una estatua de Livingstone de tamaño considerable y color dorado y desde el que se disfruta de una visión sobrecogedora lateral del enorme tajo. A partir de este punto la senda cuenta con un puñado de miradores. Seis frente al salto del Diablo y la isla de las Cataratas, cuatro más frente al salto Principal y la isla Livingstone, hacia la mitad de las cataratas. Un mirador más frente al salto Herradura, otros dos frente al salto del Arco Iris y un último balcón sobre el cañón del Zambezi completan el estupendo panorama.
Primero de los miradores del lado de Zimbabwe |
Desde Zambia se tiene justo la visión contraria. A falta de estatua de Livingstone, el descubridor de las cataratas, cuenta con un museo dedicado al personaje en la población de acceso al parque nacional y que también lleva el nombre del explorador.
Zambia ofrece media docena de miradores. Tres podemos verlos sin mojarnos disfrutando de la visión lateral. El primero por cierto desde la orilla del río, justo antes de que se desplome en el colosal salto de casi 100 metros de altitud. También en este punto del río, cuando el caudal lo permite, se accede hasta una piscina natural poco profunda en medio del río y en los últimos años se ofrece la experiencia de asomarse al abismo sujeto por los pies por las manos del guía. Uno se aferra al borde de la catarata como cuando se agarra al bordillo de la piscina… pero a lo bestia. No he tenido la suerte de hacerlo personalmente pues la media docena de veces que he estado por aquí ha sido con un buen caudal de aguas… lo tengo muy, muy pendiente. Y os lo contaré, claro.
Hacia el mirador del Arco Iris, en Zambia |
Livingstone descubrió las Cataratas Victoria en su pirmera expedición, en 1855. |
Una pequeña pasarela, a la que se llega después de descender una especie de escalinata natural entre la selva, permite acceder al resto de miradores desde la vertiente de Zambia. Para llegar allí os mojaréis seguro, en mayor o menor medida según la época del año y la fuerza de la caída de agua. Ésta al caer produce un rebufo ascendente en forma de vapor de agua (“la humareda que ruge” o “el humo que truena” ya sabéis) y es lo que produce esa fin llovizna que nos empapará durante unos metros. La temperatura hace que casi se agradezca pero cuidado con los equipos de fotografía. La cantidad de agua que nos espera en esa lluvia la sabremos ya en el tercer mirador en función de cómo suben de empapados la suave escalinata los visitantes que regresan de la pasarela. Un factor fiable es también el número de personas que alquilan las capas de agua antes de bajar la escalinata… llegados a este punto os recomiendo para visitar las cataratas (en sus dos vertientes) chanclas de piscina o zapatillas de agua y una capa de agua. Un paraguas es también válido. Una funda o protector para las cámaras es muy útil pues para acceder como digo a ciertos miradores y en función también de la brisa, hay que tener en cuenta la “llovizna”.
Mirador Arco Iris, en Zambia. |
El último de los miradores se llama “el filo de la navaja”. Su ubicación sobre el cañón del Zambezi y el puente de hierro que une ambos países no deja lugar a dudas. Se puede pasar caminando por el puente de un país a otro. En medio está la aduana y hemos de pagar el correspondiente visado de entrada/salida en función del país.
Los balcones del lado de Zambia ofrecen, si el cielo lo permite, una experiencia única: disfrutar del atardecer africano con la cortina de agua procedente de las cataratas como único compañero. Una postal mucha veces soñada. Diana, fiel seguidora del blog, lo sabe bien y cataloga este momento como “su momento africano más inolvidable”. Razón no le falta.
El atardecer desde la vertiente de Zambia es una experiencia inolvidable. |
Maravilloso...e inolvidable.
ResponderEliminar¡¡¡Que pasada!!!
ResponderEliminarHola Diana muchas gracias por entrar y dejar un comentario... así no queda en entredicho mi mención de fiel lectora... En serio, Gracias como siempre. Abrazos
ResponderEliminarHola Alfonso! Excelentes vivencias en Victoria Falls. Mi nombre es Emiliano y soy de Córdoba, Argentina. Los últimos dias de noviembre estaré por las Cataratas Victoria, (unos 4 dias) y me gustaría preguntarte un par de cosas. ¿Donde es conveniente alojarme? ¿Livingstone o Victoria Falls? ¿Es posible pasar de Zambia a Zimbabwe por el puente cuantas veces quiera? Estoy averiguando y tengo entendido que cada vez que pasas, te cobran una tasa bastante importante.. Bueno, desde ya te agradezco la atención y espero tu respuesta. Emiliano.
ResponderEliminarPD: Si tenés algún otro tipo de información importante será bienvenida.