lunes, 19 de septiembre de 2011

Valles de Perafita y Claror, tan cerca… tan diferentes

Valle y refugio de Claror.

Perafita y Claror son dos de los tres valles que forman en conjunción el Patrimonio Natural de la Humanidad de Andorra, que como ya os comentaba en el post anterior integran los valles de Madriu-Perafita-Claror. Los dos últimos ocupan la parte más meridional de este bello rincón del Pirineo. Perafita y Claror se tocan con la mano –de hecho comparten acceso- pero ofrecen dos paisajes bien distintos. Una excusa perfecta pues para redondear una visita a este espacio natural de Andorra y completar en dos jornadas, la visión completa de sus recursos naturales.

Flor de Rododendro.

Valle superior de Perafita desde el refugio de Perafita


A Perafita y Claror se accede por una ruta común. De hecho, salvo que estéis realizando el GRP –muy recomendable por otra parte- y accedáis a Claror por el Port Negre (2.605 m.), el acceso principal a pie –única forma de llegar- es por el valle del Madriu. Efectivamente, la ruta es la misma que la relatada en el post anterior, subiendo hasta Entremesaigües. Una vez en estas bordas, en lugar de continuar valle arriba hacia los Corrals de Ràmio, seguimos las indicaciones del GR.11.10 y cruzamos el río Madriu por el pont d’Entremesaigües para ir en busca de otro curso de agua: el riu de Perafita.

Estany de la Nou.

La subida hasta Entremesaigües es eminentemente forestal, un bosque de ribera denso, acompañado de pinar de pino silvestre, avellanos y boj, mucho boj. A partir de Entremesaigües la compañía del boj se hace, si cabe, más intensa hasta que entramos de nuevo en el bosque, otra vez de pino, pero con otras especies como abetos o abedules. Poco a poco el pino rojo y el abeto ceden terreno al pino negro. Para entonces la subida se encuentra en su parte más empinada. Es una subida dura en zig-zag pero bajo la sombra del bosque y el rumor del agua que relaja la fatiga del visitante con preciosos saltos. Comienza a aparecer -y a ser numeroso- el rododendro. Es un buen bosque para toparse con corzos y urogallos –ambas especies muy esquivas-. Abundan también las zonas de piedras y canchales. Justo al salir del bosque se ofrece la primera panorámica sobre el vecino valle de Claror. Montañas desnudas, tapizadas por praderas alpinas, en medio de un paisaje eminentemente mineral con sustratos –en sus partes más altas- de tonos grises, marrones, rojos o negros.

Subiendo por el valle de Perafita

Una marmota alerta al resto de mi presencia en el canchal.

Fuera del bosque se remonta el último tramo empinado por un canchal en el que abundan las marmotas. La observación es muy sencilla e incluso –con paciencia- estos enormes roedores se dejan acercar bastante. El final de la subida lo marca la llegada al refugio viejo de Perafita -que no es más que una pequeña borda de piedra-. Mucho mejor se encuentra desde luego el nuevo refugio (5 minutos más adelante), de estratégico emplazamiento en el GRP. Desde aquí las panorámicas sobre el valle de Perafita –tanto hacia abajo como hacia la cabecera- son fantásticas. También hacia el valle de Claror.

Valle de Claror desde las inmediaciones del refugio de Perafita.


El refugio de Perafita (2.200 m.; 2 h. 30 m. desde inicio) sirve de encrucijada para recorrer la parte más alta del valle de Perafita, de marcado modelado glaciar (por el GR-11.10 hasta el tercer acceso en cuestión a la zona Perafita-Claror –mucho menos frecuentado-, el Collet de Sant Vicenç, a 2.573 metros de altitud), o para acceder en 30 minutos más de marcha desde el citado refugio, hasta el vecino Claror. A sólo quince minutos -y en dirección a Claror-se encuentra el estany de la Nou rodeado de un bello pinar de pino negro y enebros rastreros. A 45 minutos del de Perafita se encuentra el refugio de Claror (2.280 m. 3 h. desde inicio). Corona ambos valle el Pic de Perafita (2.752 m.) y los separa la serra Mitjana, un gran espolón que sale de la falda del pico. Estas alturas son del gusto de los rebecos, perdices nivales y armiños.

Riu de Perafita.

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