Macho dominante. |
Finales de noviembre. Los machos
monteses apuran los últimos días de disputa e intensas peleas por cubrir a
las mejores hembras del grupo. El celo de la especie está llegando a su fin en
las montañas de la sierra de Gredos.
Es un grupo de alrededor de 60 cabras, la mayoría hembras y jóvenes que pastan
apaciblemente en este soleado día entre los enormes bloques de granito por los
que se mueven a sus anchas. Tras tres horas, las cabras me han aceptado casi
como uno más del grupo y no se incomodan con mi presencia. Siguen a lo suyo.
Los jóvenes a tomar el sol y amamantarse tumbados sobre las rocas, los machos
jóvenes observando sin perder detalle los insistentes movimientos de los más
adultos. Incluso intentan imitarles acercándose a las hembras. No hay nada que
hacer, tres enormes machos tienen el dominio absoluto del grupo y entre ellos
luchan por demostrarse quien es el más fuerte. Los brutales choques de
cornamentas rasgan el silencio de Gredos. Yo, impasible, aferrado a mi cámara
de fotos y bloc de notas, asisto perplejo al espectáculo.
"Acosos gemelos". |
Cada uno de los tres machos parece haber elegido a su pretendienta ya
que hay hembras receptivas suficientes en este gran grupo y progresivamente van
dejando las peleas por el “acoso” incesante al sexo contrario.
Llevo 4 horas en medio de la manada y aunque el sol está comenzando a
marcharse y el frío se deja notar, me resisto a marcharme. Quiero prolongar el
momento.
Al final las hembras comienzan a bajar por la ladera con los más
jóvenes y los machos tras ellas. Seguramente bajan a beber al río. Por mi parte
es hora de regresar.
Macho dominante junto a machos jóvenes y alguna hembra. |
Momentos como este se viven en otoño en algunas montañas de la península
Ibérica. Sobresalientes e imborrables han sido los momentos similares a éste
que he vivido por ejemplo en Sierra Nevada (Granada) y en Antequera (Málaga).
Siempre con la cabra montesa (Capra pyrenaica) como protagonista su
presencia en diferentes sierras hace que se trate en realidad de poblaciones
pertenecientes a subespecies diferentes. La cabra montesa de Gredos es Capra
pyrenaica victoriae.
Quizá el año próximo este macho tenga su oportunidad en el cortejo... |
La población del parque regional de la Sierra de Gredos está formada actualmente por unas 9.000 cabras
que se reparten y mueven por las vertientes septentrionales y meridionales de
la sierra. Siempre buscando las rocas y los pastos herbáceos que les
proporcionan cobijo y alimento. En otoño, cuando llegan el frío y la nieve a
las cotas más altas de Gredos, las cabras bajan a altitudes menores y se llega
antes a contactar con los grupos. Los de más fácil acceso son los que se mueven
en la zona de La Plataforma
de Gredos, al final de la carretera desde Hoyos del Espino (Ávila). También
el del puerto del Pico.
Pasé 4 inolvidables horas entre este grupo de más de 60 cabras. |
Existen diferentes partidas o grupos que tienen territorios bien
definidos, aunque no fijos. La abundancia de cabras es tal que pueden aparecer
casi en cualquier lugar de la sierra.
Las mejores y más accesibles zonas para observar cabras son: los
pedregales de los alrededores del kilómetro 10 de la carretera de la Plataforma de Gredos
(Los Lanchares), la plataforma de Gredos y la zona del Risco del Facioso, Las
Chorreras (entre la garganta de las Pozas y la de Prao Puerto, tras el refugio
de Reguero Llano) o las Paredes Negras (al final del Prado de las Pozas de
camino al circo de Gredos), por citar algunas.
Muy buenas fotos!Es increíble el valor biológico de una especie, endémica y del Cuaternario que,muchas veces, infravaloramos por la proximidad, por lo cotidiano!
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