Venado de cola blanca. |
El Cotopaxi es euno de los volcanes activos más alto del mundo. Su cima, solitaria
y majestuosa en plena cordillera andina, roza los 6.000 metros de
altitud (5.897 m .)
y claro, con tanto aliciente a menos de 70 kilómetros de
Quito, es fácil pensar que la visita al volcán se convierta en excursión
obligada en cualquier viaje a Ecuador.
La proximidad a la capital permite visitar el Cotopaxi en una jornada (ida
y vuelta) y además hacerlo sin grandes prisas ya que la mayoría de personas que
llegan hasta aquí se quedan en la laguna Limpiopungo (3.830 m . altitud) o bien
suben hasta el aparcamiento que marca el final de la pista. Este aparcamiento
(parqueadero) se sitúa a 4.500
metros de altitud, así que no todos llegan y pocos son
los que se acercan hasta el refugio, 300 metros más arriba y rodeado de glaciares, o
hasta la cumbre. El acceso hasta el refugio, a pie, no presenta dificultad técnica
más allá del esfuerzo físico y la aclimatación.
La mayoría, como digo, se contenta con visitar someramente el parque
nacional atraído por la figura del cono. Yo os animo a hacerlo disfrutando
también de la fauna y flora que lo habita. No hay prisa por llegar a la base de
la imponente montaña; de hecho nada más entrar al parque, cuyos límites
empiezan mucho más abajo, donde todavía crecen los bosques frondosos, os animo
a bajar del coche en busca por ejemplo de venados de cola blanca. Al poco de
entrar, coincidiendo prácticamente con el límite superior del bosque, se
encuentra el museo Mariscal Sucre. Pequeño pero interesante. La parada, cumple
además una interesante función de adaptación a la altura. A partir de aquí la
pista se abre paso hasta llegar al vasto páramo donde se emplaza la laguna y
frente a la que se levanta el cono perfecto del volcán. Ya no hay árboles, pero
si prados de gramíneas que tapizan el suelo de lava y multitud de flores que ponen
de manifiesto la fertilidad de los suelos volcánicos.
El volcán cotopaxi desde las inmediaciones de la entrada al parque nacional. |
Un día en el parque es una magnífica ocasión para el contacto con la
fauna local. En el pasado post ya daba cuenta de la existencia de camélidos,
fundamentalmente guanacos, y de las aves que visitan la laguna –como las
gaviotas andinas y con muchísima suerte los esquivos pumas. Existen también en
el parque lobos, osos, zorros y los más fáciles de ver: cóndores.
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