jueves, 14 de febrero de 2013

Entre las cascadas de Agua Selva




Un vistazo por encima a un mapa topográfico de Tabasco nos da una idea de que el llano es el gran dominante en la orografía de este estado. Un llano que está ocupado por grandes extensiones de zonas pantanosas como la de Centla -importante Reserva de la Biosfera, el mayor delta de Mesoamérica y el tercero más grande de todo el Nuevo Mundo-.

 

Allá donde las zonas inundadas dejan paso a zonas inundables y sus fértiles campos adyacentes, crece la sabana. La ganadería se encarga de evitar que la vegetación potencial de carácter selvático se instale definitivamente en buena parte de estos lugares, pero a medida que nos dirigimos al sur, el terreno se torna poco a poco más montañoso para dar paso, fuera ya de este estado, a la montaña chiapaneca.

 

Más al sureste, enlazando con la subregión de Los Ríos, se pasa a tierras guatemaltecas dominadas por la Selva Lacandona. En estas zonas montañosas tabasqueñas (La Sierra y sur de La Chontalpa), que apenas superan los mil metros de altitud, se halla, no obstante, un mundo absolutamente diferente al predominante en el resto del territorio. Un mundo de altitudes modestas pero paisajes y relieves intrincados y escarpados, laderas empinadas por las que se descuelgan decenas de cascadas y ríos de aguas bravas que descienden hacia el Golfo de México con una fuerza inusitada. Aquí, en la parte más suroccidental, encontramos el paraíso terrenal que ando buscando. Pocas veces un nombre tan corto explica mejor lo que tras él se esconde. Agua Selva es precisamente eso: agua -mucha- y selva, muy abundante y en buen estado de conservación. De hecho quedan buenas extensiones de bosque tropical primario. Esta vegetación no es rara en Tabasco, pues este pequeño estado posee el 80% de la vegetación tropical mexicana.

 

Entendida esta abrumadora presencia vegetal, es fácil comprender que la Sierra de Huimanguillo, donde se localiza el paraje de Agua Selva, posee agua en abundancia. Tabasco engrosa su curriculum particular aportando a las estadísticas de México otro dato muy elocuente: el estado tabasqueño, que apenas representa el 1% de la superficie del país, proporciona casi el 40% del agua dulce de México. En Agua Selva se llevó a cabo la primera iniciativa relacionada con el ecoturismo al constituir la experiencia piloto ecoturística en el país azteca. Con esta tarjeta de presentación parece claro que Agua Selva ha de constituir una visita obligada en Tabasco. Aguarda con valores ecoturísticos de gran valor sustentados en una jungla de gran valor biológico y perfecto representante de este complejo ecosistema -el ecosistema terrestre más complejo-, en un patrimonio arqueológico único abanderado por Malpasito, en un componente indígena notable y en un destino privilegiado para ornitólogos profesionales y aficionados. Los amantes de la observación de aves están de enhorabuena.

 

En las inmediaciones del Sitio Arqueológico Malpasito se encuentra también una preciosa cascada de 25 metros de caída llamada Cascada del Sitio. Agua y más agua. Dejo la Cascada del Sitio pero no la compañía del agua, pues una serie de hermosas cascadas y saltos de agua se precipitan desde las inmediaciones de los cerros de La Copa, La Pava, El Mirador, etc. formando postales allá donde se mire. Aunque las hay de más de cien metros de caída, dominan las de tamaño medio o de pequeña altura (20-25 metros), pero cuya ubicación conforma decorados de ensueño en los que la altura, desde luego, es lo de menos.

 

La naturaleza consigue abrumar al visitante hasta dejarle boquiabierto. Para conocerlas existen una serie de senderos, la mayoría de carácter circular, que permiten ir recorriendo diferentes zonas de la sierra de Huimanguillo e ir descubriendo los saltos de agua y arroyos a la par que me detengo en alguno de los poblados para mezclarnos con sus habitantes, gente afable que aunque con pocos recursos económicos, puede tener la certeza de contar con algo que no se compra con dinero, uno de los enclaves naturales mejor conservados.

sábado, 9 de febrero de 2013

Dónde ver rinocerontes indios




Las diferencias entre las cinco especies de rinoceronte existentes: los rinocerontes africanos (blanco y negro) y los rinocerontes Indio, de Java y de Sumatra son varias, pero las más evidentes son que los primeros poseen dos cuernos (también el de Sumatra) y son de mayor tamaño. Profundizando algo vemos que el rinoceronte indio (también llamado asiático) en realidad es más grande que el rinoceronte negro africano, acercándose incluso a los parámetros de las dimensiones corporales y peso del mayor de todos, el rinoceronte blanco. Vemos además que presenta una gruesa capa de piel con pliegues dérmicos muy marcados que le confieren un aspecto de cuerpo acorazado y es una especie mucho más amante del agua que sus parientes africanos. De hecho pasa la mayoría del tiempo semisumergido en charcas, arroyos y lodazales.

 

El área de distribución original del rinoceronte indio se extendía desde Pakistán a Birmania y China. La destrucción de su hábitat ha confinado a la especie a un área mucho menor y localizada en parches. Su presencia actual queda relegada al norte de India y sur de Nepal, en las praderas del sur del Himalaya. Ahí es donde hay que viajar para encontrarlo. Sin duda alguna dos son los espacios naturales donde es más fácil observar rinoceronte indio en libertad: el parque nacional Kaziranga (India) y el parque nacional Royal Chitwan (Nepal), donde vive una población de 1.100 y 410 ejemplares respectivamente.

 

La mejor manera de llegar hasta ellos es hacerlo subido en un elefante, forma tradicional de realizar safaris fotográficos en Asia, y poder avanzar en las charcas y zonas pantanosas donde encuentra su hábitat predilecto. Es un animal que tolera bastante bien la presencia cercana de los paquidermos y los humanos subidos a su lomo, así que podremos acercarnos bastante. Mucho más acostumbrado a ver rinocerontes africanos, lo que más me sorprendió es el aspecto prehistórico del rinoceronte indio, su impronta acorazada. Me sorprendió por encima de que éste sólo tenga un solo cuerno. El cuerno del rinoceronte está formado como es sabido por una masa extremadamente compacta de pelos. Me llamó especialmente la atención un ejemplar en Chitwan al que le faltaba parte de su principal defensa. Al principio pensé que quizá se trataba del resultado de alguna pelea, pero los guías locales pronto me explicaron que la causa era un murciélago que siente especial predilección por comerse el cuerno del rinoceronte. Curioso.
 
Cuerno víctima de los murciélagos.
 

martes, 5 de febrero de 2013

Elandela lodge

Parque nacional Kruger, Sudáfrica

 

Llegué a Elandela lodge impulsado por la idea de ver leones blancos. Me alojé un par de días y en ese tiempo descubrí una filosofía de vida, la de sus propietarios Rocco e Ivone, y su amor por la naturaleza. La primera diferencia de este lugar respecto a otros alojamientos sudafricanos es que los que te reciben y atienden son sus propietarios, no los gerentes ni encargados al uso.

 

El lodge está ubicado en la parte central de Kruger y el acceso por carretera se hace a través de la espectacular ruta Panorama. Hoedspruit es la ciudad más cercana y a ella llegan los huéspedes que lo hacen en avión.

 

Esta reserva privada alberga gran cantidad de fauna, como suele ocurrir en todas las reservas sudafricanas, pero presenta la particularidad de desarrollar dos proyectos de fauna muy especiales. Por un lado el Proyecto de protección y cría de los leones blancos, por otro el programa contra la lucha furtiva de rinocerontes capitaneado por su rinoceronte Roccy. De ambos proyectos ya conté más cosas en post anteriores y podéis consultarlo en los links.

 

Por lo que al lodge respecta, he de confesar que me gustó más por fuera que por dentro, me explico: la arquitectura exterior es bonita y está bien integrada en la naturaleza. Desde la zona de la piscina, demasiado cerca del bar, se domina una buena panorámica sobre el bush y las montañas del Drakensberg.

Por dentro la decoración me resultó muy cargada, abusando de cueros y pieles. Especialmente en el bar, con algún neón que otro incluido. El bar cuenta con una sala de estar amplia pero le falta su prolongación natural en el porche o terraza, muy centrada en la piscina. Es decir, falta más espacio en el exterior para relajarse si no te vas a bañar.

 

Las habitaciones son cómodas y con una decoración bonita a pesar de la austeridad que siempre da el ladrillo visto.

Estuve muy cómodo y así me hicieron sentir también sus propietarios.

 

La cocina me sorprendió por la presentación y calidad de los platos, si bien creo que faltaba algo de variedad. El restaurante, elegante y con buen servicio.

 

Respecto a las actividades, es otro de los puntos fuertes del lodge. Sus propietarios quieren de nuevo ofrecer algo diferente al concepto de las tradicionales reservas donde uno se instala y no sale para nada. En Elandela ofrecen por supuesto interesantes safaris fotográficos por sus miles de hectáreas, pero además no dudan en ofrecer excursiones por los alrededores. Por ejemplo, la visita al cañón del río Blyde o la visita al centro de recuperación de fauna Moholoholo. Para estancias de 3 días o más incluyen un día gratis de safari dentro del parque Kruger.


 

Estas son mis valoraciones:


Situación: 8
Accesos: 8
Tranquilidad: 8
Arquitectura: 8
Ambiente: 5
Habitaciones: 7
Zonas comunes: 4
Gastronomía: 7
Servicio: 7
Servicio guías: 8
Integración en la naturaleza: 8



Valoración general: 7

 

jueves, 31 de enero de 2013

Los leones blancos de Timbavati


 

 

Los leones de Timbavati, en la parte central del parque nacional Kruger (Sudáfrica), son únicos en el mundo ¿Por qué? porque se trata de la única población de leones blancos conocida. Si, no son una ninguna subespecie del mítico felino sino una mutación genética con un gen recesivo que hace que el pelaje sea muy claro o blanco. Tampoco se trata de leones albinos. La principal diferencia es que los leones albinos carecen del pigmento melánico que da color a la piel, el pelo o los ojos. Los leones blancos si tienen ese pigmento, pero es de color blanco. Se llama leucismo.

 

Creedme que encontrarse delante de alguno de estos raros ejemplares es algo que no se olvida. La emoción me embargó sentado en el jeep frente a dos leonas blancas, marrón claro en realidad, pues a pesar de ser blancos el gen no siempre se manifiesta en todos los ejemplares ni generaciones. Caía la tarde y el sol les daba cierto color dorado en la piel.

 

Resulta muy complicado observar a estos felinos en libertad puesto que existen muy pocos ejemplares. Durante muchos años fueron incluso leyenda hasta que en 1975 unos científicos documentaron y grabaron una camada en Timbavati. Una magnífica alternativa, además de la espectacular labor científica que realizan, es el Elandela lodge, donde viven en un gran recinto en su hábitat natural en la región de Timbavati. El recinto de cría es tan grande (4.000 hectáreas) que de hecho es probable realizar un safari de dos horas y no encontrarlos.

 

A la mañana siguiente me acerqué a buscar a los machos, que la tarde anterior no hubo forma de encontrar. Tras un buen rato de rastreo finalmente dimos con ellos. El macho dominante era un ejemplar fabuloso, de un blanco casi inmaculado. Acostumbrado a ver leones marrones, como dicen generalmente los guías sudafricanos, el contraste que me produjo ver de cerca este inmenso león blanco es difícil de explicar. La toma de contacto fue breve pero intensa. Hay que respetar su intimidad.

 

En Elandela lodge también realizan un trabajo excelente contra el furtivismo en los rinocerontes, un serio problema que han vivido en primera persona y que ya esbocé hace unos meses en otro post.

 

Os dejo este enlace para conocer más sobre el proyecto de protección y cría de leones blancos en este rincón de Kruger. Y Si os dejáis caer por Elandela, quizá podáis vivir la experiencia de realizar un safari a pie tras los leones blancos. Impresionante!!

jueves, 24 de enero de 2013

Los chimpancés de Queen Elizabeth




En Uganda existen varios lugares donde poder observar chimpancés en estado salvaje. El parque nacional Kibale es el principal. Todo en este bosque gira en torno a los chimpancés, el principal motivo de la visita a este espacio protegido. Como ya reflejé en un par de post, Kibale es mucho más que chimpancés. En cualquier caso la organización de las caminatas para ver a estos primates es magnífica.

Garganta Chambura desde el Campamento de la Higuera
 

La última noche en Kibale coincidí con unos turistas que venían de Queen Elizabeth, el siguiente parque nacional al que me encaminaba, entusiasmados con la experiencia que habían tenido en la garganta Chambura (o Kyambura) con un grupo de chimpancés. Los monos habían bajado de los árboles y se habían sentado junto a ellos. Me enseñaron una y otra vez sus fotos; algunas parecían estar hechas en un fotomatón (por la proximidad del sujeto, me refiero) y la verdad es que me dieron una envidia tremenda.

Un par de días después me encontraba en el Campamento de la higuera (fig tree camp), el punto de encuentro para bajar a la garganta Chambura.

 

El parque nacional Queen Elizabeth es uno de los mejores contactos con la sabana africana en Uganda, con sus elefantes y leones. Se suelen realizar safaris fotográficos tras la pista de los felinos y la navegación en bote por el canal Kazinga, pero habitualmente la gente no repara en la garganta Chambura y la veintena de chimpancés que vive en su interior. Os recomiendo visitarla, sobre todo, si Kibale no entra en vuestro programa de viaje.

 

En el Campamento de la higuera nos registramos debidamente en el pequeño tenderete-oficina que tiene el guarda del parque. Aprovechamos para hacer una foto panorámica de la espectacular garganta desde una plataforma mirador y ver cómo esta hendidura cubierta de selva rompía con la horizontalidad de la sabana. Bajamos unos kilómetros más en vehículo hasta la entrada del sendero, a media garganta.

 

Chambura ofrece más sensación de aventura que Kibale y he de confesar me gustó todo menos la organización. Cuando uno se adentra en un bosque con leopardos y, sobre todo, elefantes e hipopótamos, creo que se deben mejorar las medidas de seguridad. Un solo guía armado al frente del grupo creo que no es suficiente, especialmente si tenemos en cuenta, los precios de la visita. Éramos  14 personas caminando en fila india abriéndonos paso por la selva del fondo de la garganta. Yo cerraba el grupo y al guía sólo lo veía cuando realizábamos alguna parada de reagrupamiento. Muy de vez en cuando. La cosa se puso emocionante antes de bajar a la garganta, cuando desde el borde del cañón vimos cómo una manada de elefantes bajaba al fondo por la otra orilla.

Los chimpancés construyen nidos a modo de cama para pasar la noche.
 

Durante la caminata (ver consejos en Kibale), cruzamos el río por una pasarela de madera y nos situamos en la misma orilla a la que habían bajado los elefantes. Como no podía ser de otra manera enseguida nos topamos con uno de ellos y la tensión en el ambiente se podía mascar. Estaba mucho más cerca de lo que nos gustaría. Salvada la situación con la huída del paquidermo, al cabo de una hora aproximadamente llegamos hasta los chimpancés. Y lo hicimos gracias a la labor rastreadora del ranger. Me gustó cómo interpretaba las huellas y señales dejados por los chimpancés en el terreno. Sus excrementos, sus pisadas, las ramas y hojas mordidas, los nidos de la noche anterior. Esa mañana no quisieron bajar de los árboles pero como siempre que se trata de una experiencia con chimpancés, viví momentos inolvidables en compañía de nuestros parientes más próximos. Al regreso pasamos por un recodo del río donde los hipopótamos se bañaban tranquilamente a 30 metros de nosotros y casi sin darnos cuenta, nos encontramos de nuevo fuera de la garganta, en el mismo punto donde comenzamos la caminata un par de horas antes.

La bella garganta Chambura ofrece la experiencia de observar chimpancés con buenas dosis de adrenalina pero experiencia inolvidable al fin y al cabo.