A 23 kilómetros de la confluencia con el río Paraná, donde se dan la mano Argentina, Brasil y Paraguay, el río Iguazú se desploma en una falla de 80 metros de altura. Este accidente geográfico forma uno de los paisajes naturales más soberbios del planeta. Caprichos de la misma naturaleza que lo formó, la erosión ha ido retrocediendo las cataratas originales hasta su emplazamiento actual con unos 275 cascadas repartidas entre Brasil y Argentina. El reparto, eso sí, es desigual, con un 80% de los saltos de agua en el lado argentino y un 20% en la parte brasileña.
El lado brasileño es sin embargo el mejor mirador para observar el espectáculo natural de frente, como mejor se ven las cosas. Para ello, se ha dispuesto una pasarela que recorre toda la orilla ofreciendo impresionantes panorámicas. Se puede decir que toda la pasarela es un mirador continuo, pero además existen balcones estratégicamente situados en las zonas donde la densidad selvática es mayor. El paseo nos llevará aproximadamente una hora pero depende mucho del ritmo, en buena medida por las numerosas paradas que seguro se realizan.
No se ven todos lo saltos pero si buena parte de los más representativos: Bosetti, Adán y Eva, Bernabé Méndez, Mbiguá, Dos Mosqueteros, Tres Mosqueteros, Escondido, Rivadavia, Mitre, etc. Lo mejor, como suele ocurrir en todo en la vida, está al final. Allí se encuentra una pasarela sobre el agua que permite asomarse al abismo de la Garganta del Diablo, el brazo más profundo y espectacular de la falla. En esta pasarela la llovizna procedente de las cascadas está garantizada así que es buena ocasión para refrescarse un poco antes de poner el punto y seguido a la visita a esta vertiente de las cataratas.
Será complicado marcharse sin más de este lugar sin sucumbir a la oferta de actividades que se suceden a ambos lados de la frontera: caminatas por la selva para observar la flora y fauna de este parque nacional, rafting, y vuelos panorámicos en helicóptero desde el lado brasileño y paseos en barca por debajo (literalmente) de las cascadas en el lado argentino. Como mínimo un par de días de no parar.
Un consejo, si podéis elegir fecha hacedlo cuando haya luna llena. Se organizan visitas a las cataratas por la noche para ver el arco iris que forma el agua con la luz de la luna. ¿Podréis olvidarlo?
Mañana cambiamos de orilla y nos vamos al lado argentino….
¡QUIERO VER EL ARCO IRIS QUE FORMA EL AGUA CON LA LUZ DE LA LUNA!!!!!.... pero mientras tanto seguiré soñando con la lectura... Gracias Alfonso!!.
ResponderEliminarGracias a ti por empaparte con las cataratas de Iguazú y a ver si un día con un poquillo de suerte el arco iris de luna no se te resiste.
ResponderEliminarsaludos y gracias por seguirme
Las vistas desde Brasil siempre son más bonitas, pero desde el lado argentino es mucho más grande y hay más para recorrer. La verdad es que si vas hasta allí hay que ir de los dos lados ;)
ResponderEliminarEstas Cataratas y el entorno que la rodea, trasciende limites de adjetivos para describirlas - mas aun observando hasta habria que modificar palabras de la Real Academia- y me refiero al termino arco iris, porque en iguazu vi "circulos iris" y "elipsis iris" que se cierran en 360 grados
ResponderEliminarNo te falta razón... en ocasiones la realidad supera cualquier terminología!!. Gracias por tu comentario y un saludo.
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