Otro crucero basado en los monumentos egipcios pero con mayor componente de soledad es el que efectúan unos pocos barcos en las aguas del lago Nasser. El Nilo es represado en Aswan por una construcción de descomunales dimensiones un poco más arriba de donde los británicos levantaron la primera gran presa en el 1902; justo encima de donde se hallaba la primera catarata del Nilo. El lago Nasser dejó bajo sus aguas otras 6 cataratas más y muchos monumentos faraónicos. En las aguas del lago se encuentran los últimos cocodrilos del Nilo en tierras egipcias (por cierto existe un museo dedicado al cocodrilo en el templo de Kom Ombo). La baja población de estos reptiles y las extraordinarias dimensiones del lago hacen muy difícil verlos pero de nuevo no faltan a la cita infinidad de aves como las citadas anteriormente. Nadan en el lago el pez tigre y la perca del Nilo, uno de los mayores peces dulceacuícolas del mundo.
La construcción de la presa originó como he comentado la anegación de muchos de los monumentos faraónicos nubios, si bien algunos de ellos como los famosos templos de Abu Simbel, fueron movidos de su emplazamiento original para salvaguardarlos de las aguas. Abro un paréntesis para comentar que España participó en ese proyecto y como agradecimiento el gobierno egipcio regaló el templo de Debod a Madrid.
Bajo las aguas quedaron no sólo monumentos y templos sino que el rió sepultó al pueblo nubio que vivía a orillas del Nilo. El lago Nasser es en la actualidad el mayor embalse del mundo (¡¡6.000 kilómetros cuadrados de extensión y 500 kilómetros de longitud!!), con casi toda su extensión dentro de Sudán, país en el que se unen por cierto el Nilo Blanco que nace en el Lago Victoria (Uganda) y el Nilo Azul que nace en Etiopía.
Sólo navegan unos pocos barcos en el lago, casi todos cruceros de lujo (como el que muestra la foto atracado en Abu Simbel) y la duración de los cruceros entre Aswan y Abu Simbel es de 3, 4 ó 7 días. Al navegar por el Nasser la sensación de calma y soledad es extrema, casi similar a la que produciría caminar por el desierto que rodea las orillas de este enorme lago artificial. Sin embargo no faltan a la cita nutridos bandos de garzas de diferentes especies y la presencia de solitarias aves rapaces que sobrevuelan el limpio cielo azul del punto más meridional de Egipto.
Y Claro, estando en Egipto uno no tiene más remedio que visitar templos y monumentos correspondientes a esta enigmática civilización. Y encantado, claro está. Observando sus construcciones y sobretodo, sus grabados, pinturas, esculturas y representaciones, se ve una más que evidente manifestación de los diferentes elementos de la naturaleza. Mañana os cuento algunos buenos ejemplos.
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