Cuando llegué al lago Pichola,
en Udaipur, por vez primera no venía
buscando naturaleza pero descubrí uno de los mejores atardeceres en India. Un paseo en barca por este lago
artificial de aguas mansas es una de las experiencias naturales más sosegadas y
relajantes de las muchas que se pueden hacer en un viaje al subcontinente
indio.
Zorros voladores de la India durmiendo en los árboles. |
¿Y naturaleza? Pues también. Las aguas del lago atraen a diferentes
especies de aves como cormoranes o tántalos. En el extremo opuesto a la ciudad
se encuentra una isla con un templo de recreo para el mismo maharajá que creó
el lago a su antojo y donde, lejos del bullicio de la otra orilla y de las
casas de la ciudad que se asoman al lago, las aves gustan de concentrarse en la
frondosa vegetación. En realidad son dos islas Jag Niwas y Jag Mandir pero una
se encuentra en el centro del lago y ocupada en su totalidad por un
espectacular hotel de lujo. Como tantos otros en Udaipur.
Tántalos indios. |
Pero no sólo aves. Navegando por el lago para disfrutar de una
espectacular puesta de sol comenzaron a aparecer en el cielo una serie de
puntos que no paraban de revolotear de un lado al otro. A medida que nos acercábamos
los puntos aumentaban de tamaño hasta parecer auténticas gallinas voladoras. Se
trataba de zorros voladores de la India, enormes murciélagos que alcanzan 120 centímetros de
envergadura y un tamaño corporal de 30 centímetros . Son
abundantes y durante el día permanecen colgados en las ramas de los árboles de
la orilla. Su gran tamaño les hace inconfundibles.
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